17/5/10
EL MALETÍN
Recorría todos los días las mismas calles. Mirando dentro de los cubos de basura. Revolviendo entre lo que otra gente tira. Útiles o inútiles, según quien mire. Viejas, nuevas estropeadas o simplemente que se habían cansado de ellas. Me imaginé que a esa tercera categoría pertenecía aquel maletín. No cabía otra explicación. Su cerradura no supuso un gran problema para mí. No podía creer lo que estaba viendo. Allí estaba todo lo que deseaba. Una buena cerveza, comida a raudales, dinero de alguna república bananera y un cochazo. Todo brillando dentro de un maletín. Más bien plano. Más bien cuadrado. No tenía forma de lámpara maravillosa. Ni se asemejaba al cofre de un mago. Estiré mis manos hacia la cerveza. La muy cabrona, pareció alejarse de mí. Rebrinqué, como un gato que pasara por la calle. El maletín se cerró solo. Allí acababa mi sueño. El que nace pobre, difícil tiene cambiarlo. Sigo tan pordiosero como antes. Yo diría que con algún lamparón más. Mi melena y mi barba no conocieron jamás peine. Ahora, tan sólo hay una cosa distinta. Bueno, yo diría que dos: en mi mano, una caja de limpiabotas; dentro del maletín apenas hay luz.
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Muy mágico el esquivo maletín. Pobre es el que ve el fondo oscuro, sin esperanza.
ResponderEliminarUn saludo
Se convirtió en el genio de la lámpara, pero sin esperanza...
ResponderEliminarpobre limpiabotas...
La vida está llena de maletines de esos... Buen relato!! ;)
ResponderEliminarSaludos!!
Curioso que eligiera precisamente la cerveza... a veces, por intentar conseguir lo que deseamos, nos quedamos atrapados dentro de cualquier maletín... y el problema ese de la falta de luz es más grave de lo que parece!
ResponderEliminarMe ha gustado!
Besos!
Espero que Anonima Mente y Virginia Vadillo os hayéis como en casa en este vuestro primer comentario. Lo habéis hecho con un maletín que descoloca a su protagonista y lo introduce en un mundo no mágico un poco negro. Tal parece ciertos puestos de trabajo poco cómodos y explotadores. Saludos también a vosotros: Canoso y Manuel, gracias por seguir ahí.
ResponderEliminarBlogsaludos a todos
Hay que estar preparado para que el maletín no te aprisione el alma. Este incauto se dejó atrapar hasta los rotos del bolsillo.
ResponderEliminarBlogsaludos Jesus