13/3/12

POETAS EN EL TINTERO 2

REBECA SOLER (GALATEA)


1.- ¿Cuándo fue tu primer encuentro con la poesía?
 
En realidad que se me considere "poeta" o que mis escritos son poesía, creo que es un desacato a todos aquellos que se dedican a la literatura. Un calificativo demasiado generoso.
 
No sabría decir con exactitud cuando empecé con esto de la escritura, a juntar palabras, porque nunca antes de abrir el blog había hecho algo similar, ni siquiera he tenido un diario de jovencita.
 
Un día, de repente, por circunstancias personales sentí la necesidad de plasmar pensamientos y empecé a escribir todo aquello que llegaba a mi mente, sin pensar, simplemente lo expulsaba de mi cuerpo como quien utiliza una técnica de relajación.
 
Un método que resultó eficaz para liberar algunos fantasmas y temores, que con el paso de los días fue convirtiéndose en una cuestión de apetencia y satisfacción.
 
Así que, imagino que mi primer encuentro con ella fue hace apenas unos meses, cuando mi prosa poética de apenas un añito se convirtió de vez en cuando en versitos.


2.- ¿A qué sabe tu poesía?
 
Pues la hago del mismo modo que cualquiera de los escritos que aparecen en mi blog sea del estilo que sean.
 
No pienso en nada concreto, simplemente llega una ráfaga a mi mente, una palabra, un instante, una imagen dibujada en mi pensamiento y me limito a describir aquello que me hace sentir.
 
Casi siempre lo hago mientras dejo volar mi subconsciente, tomándome un cafetito en la cocina, de camino al trabajo, en el bus, desconecto de lo que me rodea, suelo ir con autismo provocado, llega la idea, la plasmo en mi libretita...
cuando tengo un momento la copio en el blog y listos.
 
No depuro ni pienso demasiado en que he escrito, ni le dedico a cada entrada más de 15 minutos. Luego busco una imagen que se acople minimamente a aquello que me pretendía transmitir y le pongo el título.
 
Siempre en este orden: pensamiento, imagen, título.
 
No provoco mis escritos, me ocurre que a veces veo la imagen, quiero plasmar un pensamiento y resulta que lo que escribo es totalmente distinto a lo que quería decir, pero así lo dejo, porque será que mi subconsciente quiso decir eso y mi yo racional no tiene derecho a cambiarlo.
 
Con todo esto, imagino que mi poesía sabe a cavilaciones sencillas, ráfagas instantáneas, sin depurar, emociones en estado puro y pensamientos de mi yo más visceral.


3.- ¿Qué palabra no-poética está más llena de poesía?
 
Utilicé una en algunos escritos, "canalizar". Cuando hablas de amor, donde dejas libres tus emociones, "encauzar" no parece que sea la mejor de las opciones, así que me quedo con esa. Dependiendo del sentido que le des, canalizar puede ser tan poético...


4.- ¿Escribes versos tristes cuando tu estado de ánimo no es de tristrza?

No, si estoy feliz no puedo escribir sobre algo triste, porque como he comentado antes, mis letras son el reflejo de mis pensamientos y mi estado de ánimo.

No puedo provocar letras ni escritos, me limito a plasmar emociones de un instante determinado.

Si estoy triste, es muy posible que mis letras lo reflejen, aunque a veces no lo pretenda.


5.- Debes de dejar una pregunta para el tintero próximo:

¿Te gusta dedicarle tiempo a la métrica y las figuras retóricas en tus poemas?



ESPIRAL


Esas ansias tuyas y mi impaciencia sin domesticar,
desequilibran mis esquemas, en la estabilidad que me das.
Eres acorde filarmónico de premoniciones,
una sinfonía de sensaciones, que no sé explicar.
 
 
Un intercambio de sonrisas y sudor en las manos,
un temblor irreverente y ujna espiral...
El vértigo recorriendo mi cuerpo
una hélice acariciándome de modo integral.

 
Me inundas y repligas tus alas... para volverme a asediar.
Exaltas todos mis instintos en tu invasión peculiar.
Me tientas, me secuestras... con ese tu pliegue facial,
un fruncido, un guiño que sin mediar palabra sabe hablar.

Me pintas luces, me sueñas días... volviéndome del revés,
salvo rendirme nada más tengo que hacer,
te adueñas de mis emociones cosiéndome a tu piel.

 
Mis sensaciones razonadas claudican a tu mirar.
Me bordas y me tejes como tu extensión corporal,
con un nudo gordiano imposible de desligar.

Y me pierdo, y me arrastras... obligándome a pecar,
ahogada en el aliento de tu estructura molecular.



MILIMÉTRICO CAOS...



Somos sensibles sistemas dinámicos...
que tropezaron en un momento dado,
sorteando las trabas, los escollos, los obstáculos
evolucionamos con el tiempo,
contra toda previsión a largo plazo.


Imprevisibles comportamientos
desmontamos los pronósticos,
marchitamos los presumidos límites,
cómplices en los espacios fronterizos
juntos, en una relación de vertiginoso caos.


Somos sensiblemente indeterminados...
encontrado una configuración precisa,
paralela a nuestros instintos primarios.
Inédita, propia, un estilo perfectamente atropellado
aprendiendo cual novato a estructurarnos...


Pintamos de orden el puzle desordenado,
las condiciones iniciales enmarañamos…
compusimos la sinfonía , la instrumentamos,
afinando los sentidos… que burbujean en el estómago
y nos convierten en directores de nuestro propio estado.


Y así nos movemos, y así… desordenados bailamos,
relación al vaivén de nuestra banda sonora
afinados, precisos y en rítmico desorden.
Endulzados por nuestro intrínseco sentimiento,
acariciándonos… tú y yo conjugamos.


Tú y yo vivimos perfectamente alineados,
en nuestro mundo caótico, milimétricamente ordenado.





EL INFIERNO PUEDE ESPERAR


Pensar con el corazón y mantener fría la cabeza
en la hoguera de tus vísceras,
tránsito rápido de la razón.

No puedo perder la calma, ni callarme contigo,
estabilizar la cordura se me antoja difícil,
te envalentonas y los filtros se agujerean,

Te cuelas por el más escondido rincón…

Ni restas ni sumas,
pero elevas mi exponencial a su máxima potencia.

Que tus dientes apresen mi boca
y fluya impertinente la rabia…
que me aturde el pronombre
y se me escapa la exclamación.

No te escondas bajo mi ropa,
ni me prives de la sin razón.
Rompe mis reglas absurdas y déjate llevar…

Que el firmamento es hermoso
y el infierno puede esperar…





SOY...



Soy la vibración las cuerdas de tu piano,
la melodía asonante brotando de tus manos.
La que le roba el sol a tus mañanas
y prolonga la luna en tu ventana.

La pompa jabonosa posada en tus dedos
y brisa esporádica rozando tu cuello.
Soy la bruja sin conjuro
y la maga a quien dejaste atravesar el muro.

Carcelera de tus ratos milimétricos,
la que teje cual araña tus instantes inquietos…
Soy vulnerable a tus guiños faciales
y presa culpable de tu mirada intratable…

Soy quien camina sobre tus nubes
y pinta de sonrisas las cumbres.
Artesana de tus palabras y sentires,
virtuosa escapista de tus momentos febriles.

Soy ave revoloteando en tu conciencia
y mariposa que con sus alas acaricia tu inconsciencia.
Eco resonando en el espacio,
compás ruidoso caminando despacio.

La certeza de lo incierto,
la lluvia resbalando en tu cristal,
un temblor irreverente y una espiral…

Soy la crisálida con tus ojos tatuados
en su estructura molecular…
la libélula cristalina que reflejan tus espejos
y el sustrato que hace tu sentimiento enraizar…

Equilibrio al borde de tu cuerda floja
salto al vacío en sonata sin notas…
Soy reflejo de viento y plastilina en tus dedos,
mantequilla derretida, rescatada del miedo.

Soy sin ser, sin tu guarda y custodia…
un paseo de almendros que sucumbe a tu sombra.

Soy el canal que transporta tu risa,
cuerpo no inmunizado…
dosis exacta de destierro
y pulsión suspendida en tu sonrisa…

No soy más que creación de tus momentos,
la resonancia fiel de tus pensamientos.
Estela fugaz prolongada en el cielo…,
y rastro luminoso de tus secretos…



Las dos niñas de mis ojos, Rosa y Galatea, me han mandado cuatro poemas para que escogiera dos. No he podido, a mis niñas no les podía hacer ese feo estando de estreno. Espero que los próximos manden sus dos poemas.


Llega mi descanso para prepararme para la Toxina Botulínica. A Coruña me espera, si se resuelven algunos problemillas que siempre salen, mi segunda ciudad me va a mimar por un mes y yo espero mimarla también. Cuando vuelva no voy a empezar directamente con el blog, algunos proyectos me van a alejar por un tiempo. Por lo tanto, hasta pronto.





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6/3/12

MICROINVITADOS 30


MARTIN GARDELLA



Un microrrelato puede surgir en cualquier lugar, inspirado en una imagen, en una canción, en una anécdota, en un libro, en una película, en un sueño. No tengo reglas particulares para escribir una historia. Surgen espontáneamente. Si las fuerzo, es probable que se nieguen a salir o que no sean las mejores ideas. Esa es mi regla: la espontaneidad. Luego, esa idea debo trabajarla para transformarla en microrrelato, utilizando las herramientas de corte y corrección tan necesarias. Y mi blog “El Living sin Tiempo” es el lugar donde las comparto por primera vez con los lectores, que en definitiva son quienes les dan el sentido final a las historias.
Un buen ejemplo de lo expuesto, es mi micro “El bumerang”, que traje para compartir con tus lectores. Este micro surgió una noche, mientras hacía zapping frente a la televisión. Allí podía ver a un niño que jugaba alegremente con su bumerang. Su cara de felicidad era inmensa cada vez que lograba atrapar el artefacto volador en su camino de regreso. Se me ocurrió pensar entonces qué frustrante sería si el bumerang decidiera no volver. Tomé un papel,  anoté la idea, y seguí viendo la televisión por un buen rato.

Algunas horas después, cuando pude lograr inspiración y el tiempo necesario para escribirla, convertí esa simple idea en el microrrelato que se transcribe más abajo.

El resultado es una historia corta, pero que contiene de alguna manera muchas otras historias posibles, gracias al uso de una  analogía y el trabajo de interpretación que todo buen lector de microrrelatos debe realizar. Espero que sea de su agrado.
Agradezco a Nel por acogerme en su casa. Su invitación ha sido una alegría enorme y un verdadero placer. Si la historia que aquí cuento les agrada, los invito a pasar por mi Living. Allí hay muchos más tragos como el que sigue, y hay canilla libre.



EL BUMERANG

Lo lanzaba al aire libre, y él volvía, siempre volvía. Pero como ella era incapaz de aferrarlo antes de que cayera, terminaba estrellado contra el suelo, lleno de dolor y resignación. Por eso un día se cansó y no pegó la vuelta. Y se fue lejos, tan lejos, que ella pasó tres años buscándolo, sin ninguna señal positiva.

Lo encontró de casualidad en una plaza del pueblo. Otra niña lo tenía entre sus manos tiernas, se lo veía espléndido. Descubrió así que su juguete predilecto ya no le pertenecía (y quizás eso iba a ser lo mejor para ambos). Decidió entonces alejarse definitivamente, llevando consigo una congoja insoportable; no iba a ser fácil conseguir otro igual.

Una década más tarde, se sorprendió al revivir esta historia de manera casi idéntica. Esta vez, con el hombre de su vida.






SUSANA CAMPS


La página en blanco no suele llamarme; tiene su vida, tranquila y autosuficiente, y puede arreglárselas estupendamente sin mí. Soy yo quien, empeñada en llenarla, miro, escucho, pienso, leo, recuerdo... y, si tanteo con cuidado el material en alguno de esos días en que estoy especialmente sensible, puedo descubrir alguna rugosidad o punta de clavo que me invite a armar una historia. 

Enseguida trato de entender qué sentido tiene el relato que se está formando. No me siento a escribir sin saber que el contenido alcanza alguna profundidad, o bien que sabré controlar la tensión o el juego si sólo me apoyo en eso. En caso afirmativo, empiezo el tecleteo, aunque la experiencia sólo terminará a mi gusto cuando vea claramente el final: si no tengo el cierre, no tengo el relato.

¿Qué más...? Casi nunca tomo notas, y casi siempre tengo prisa por crear un texto deslumbrante, lleno de un talento que paralice al mundo de una sola y certera estocada. Que salga en el Telediario y la CNN, vamos. Pero no me pasa... y ya me voy acostumbrando: sé que debo domesticar una frase despeinada, un ritmo que no fluye bien o alguna palabra mejorable mediante muchas, a veces interminables, correcciones.

El siguiente texto surgió de una espera aburrida en la peluquería. Todo el mundo sabe lo que ocurre si uno se mira fijamente en un espejo; el resto vino rodado. Y como tiendo a valorar lo trágico y profundo muy por encima del juego, “Escenas de peluquería” fue una de las mejores sorpresas que me dio el blog, porque los comentarios lo valoraron positivamente y me animaron a explorar, en posteriores textos, mi lado menos trascendental. A modo de agradecimiento y en especial homenaje a la generosa hospitalidad de Nel, hoy presento ese punto de inflexión, muy orgullosa, aquí.

  


ESCENAS DE PELUQUERÍA


Hoy, en la pelu, me he dado cuenta de que cuando no me miro a los ojos mi verdadera cara se deja ver en el espejo. He probado varias veces: me miro fijamente el pecho y, al instante, aparecen unos ojos gigantescos, redondos, grises, y el contorno de mi rostro tiene forma de pera al revés. Es un rostro mezcla de hormiga y extraterrestre, y no debería mostrarlo en público.

Al llegar a casa he ido corriendo al cuarto de baño a cerciorarme: efectivamente, el espejo me denuncia en cuanto me descuido.

Como sé que las peluqueras pueden fingir indiferencia mientras alertan al servicio de ufología desde la trastienda, no he tenido otra opción: he bajado a devorarla. Cuando la regurgito en la maceta de la pelu, sale tan trastornada que lo atribuye todo a la repetida inhalación de permanentes.







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28/2/12



Oí tus palabras,
las he oído
sosegadas y precisas,
                      entonces
                                                 me  he
                                                                                   enamorado.


Oí tus palabras,
las he oído
placenteras y melodiosas,
                                  entonces
                                                          te he
                                                                                 amado.








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21/2/12

NUEVOS OFICIOS: DISPENSADORA DE CARIÑO




El ascensor llega a la planta baja y abre sus puertas, de su interior salen ingentes enfermos camino de la farmacia. Alba los esquiva y entra empujada por virus deseosos de cura. La contrataron como eventual en la primera remesa de Diplomados en Disapensar Cariño. El ascensor se iba parando en cada piso y tardaba una infinidad en reiniciar la marcha. En recepción le habían indicado que su consulta estaba en el último piso, justo al final del pasillo. Llevaba el libro del abc del cariño para novatos, por si tenía alguna duda. El ascensor, al fin, se detuvo en su piso. Los nervios se apoderaron de ella. Un bullicio se oyó apenas se abrieron las puertas. Apartó como pudo a los enfermos y caminó para la consulta. Algunos pensaron que se estaba colando y monteron en cólera. Empujones, arañazos, bofetadas,...  hubo de todo. Como resultado de todo ello, se vio obligada a ser su primera paciente.




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14/2/12

POETAS EN EL TINTERO 1

ROSA



En primer lugar quiero agradecer a mi querido Nel, que se acordase de mis pequeñas letras para inaugurar este nuevo espacio de POETAS EN EL TINTERO.
No me considero poeta tan solo una escribidora de emociones revueltas.
Nel me pide que conteste a tres preguntas, lo intentaré.

1- ¿Cuándo fue tu primer encuentro con la poesía?

Mi primer encuentro con la poesía conscientemente fue con Las Rimas de Bécquer y esa música que encontré en sus letras me hizo dar mis primeros pasos en esto de juntar palabras. Tendría unos 10 años.

2- ¿A qué sabe tu poesía?

Tiene sabores amargos la mayoría de las veces. Otras sin embargo creo que tienen pasión. Una palabra me ronda la cabeza y de ella nace el resto. Normalmente no tienen corrección ninguna y eso se nota…

3- ¿Qué palabra no-poética está más llena de poesía?

Ufffff que difícil, quizás me quedo con Muerte.


Adivín me pide que deje una pregunta para el próximo invitado al que estoy deseando conocer.
¿Escribes versos tristes cuando tu estado de ánimo no es de tristeza?


AMOR FUNDIDO


Amor fundido a negro
entre sábanas blancas,
sin olvido,
con memoria.
Amor de noche y madrugadas
amor de duelos
compartidos.
Amor con ansias conservadas
en vasos de alcohol
servidos.
Amor de urgencia
amor que abrasa la carne
en un suspiro.
Amor para amortiguar dolor
amor sin solución...



HELADO TU BESO

Helado tu beso llega
en el último suspiro de mi aliento
cubriendo con tus alas mi cuerpo,
la poca vida te llevas.
Frío queda el instante
de las horas ciegas,
cuando llegas al final
de mi lamento.
Te esperé…
asentada en el dolor.
Te llamé…
y viniste rauda a mi llamada.
Por mi alma hiciste trueque
dejando rotas las palabras.
Sólo las lágrimas olvidadas
lloran
en el frío de esta madrugada.



TRISTEZA

La tristeza me tapa
como una manta.
Las lágrimas quieren
escaparse de mis ojos.
Una mano de hierro
me aprieta el estómago.
El corazón se detiene
y al segundo, se desboca.
La apatía me ronda
quiere hacerme caer.



CURVADA



A los ojos, quieren asomar
 lágrimas
que ahogan mi cuerpo
en un mar
color desilusión.
No me deja respirar, la angustia,
de sentirme
despojada.
Sola,  vacía en la nada.
Sin sentido,  la vida
pasa …
Muda, sin palabras
sangra
mi boca de rabia.
Doblegada ante el mundo
hoy,
ha dejado mi cuerpo
curvado sobre sí.


Rosa M.



Quiero darle las gracias a Rosa por ser la primera en el tintero. A mi no me gustaba la poesía, al leer su blog me empezó a atraer, después empecé a escribir y ahora a aconsejar leerla. Con la poesía tenía una deuda pendiente, ahora empiezo a zanjarla. Por ser la primera, publico cuatro poemas de ella, en el futuro serán dos (poemas o prosa poética). Es una gozada tener un tintero que se va a llenar de poetas.




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7/2/12

MICROINVITADAS 29

PUCK



Es un placer volver a estar en estos lares, aunque confieso que me ha costado responder a la pregunta de Nel sobre la metodología de trabajo porque, en mi caso, cada micro es un mundo. Algunos aparecen sin más en la pantalla (creo que las ranas trabajan de noche en los jardines), otros son una idea sobre la que voy dando vueltas, hay fotos, dibujos que me cuentan una historia y me encanta jugar con ideas propuestas por concursos o iniciativas, palabras, inicios...

A la hora de escribir reconozco que, quizás por deformación profesional, voy directa al grano, a lo que quiero contar. Los periodistas, y más los radiofónicos, estamos acostumbrados a contar en "breve" largas historias, complejas explicaciones, juicios, debates político o presentaciones de libros. Resumir  es mi día a día y creo que el microrrrelato me da la oportunidad inversa, es decir, escribir primero lo breve y, a través de ello, sugerir, o al menos intentarlo, todo lo demás.

Esta "teoría" creo que puede verse en "La buhardilla", micro al que además le tengo mucho cariño porque fue de los primeros de los jardines y participó en la página de Anónima Mente a través de la que Ángeles Sánchez nos engachó a muchos a este micromundo de palabras. Espero que os guste.




LA BUHARDILLA

Convivir con fantasmas es complicado. Lo descubrí al llegar a Madrid, a esta buhardilla algo destartalada del barrio de Lavapiés con muebles de esos de madera antigua que respiran historia. Pinté las paredes, puse algunos cuadros, pero dejé aquel marco olvidado sobre el tocador.

Al principio no me di cuenta, pero ella estaba ahí y poco a poco fui estableciendo una relación con la mujer de la imagen. Le saludaba por las mañanas y ella me devolvía una sonrisa e incluso algún día me llegó a hacer burla. Lo vi por el rabillo del ojo mientras salía por la puerta.

Con el tiempo dejó de sonreirme. Por las noches intentaba animarla contándole historias. El trabajo le aburría, lo supe enseguida, así que empecé a inventarme fiestas, divertidos amigos, enredos amorosos... pero también de esto se cansó y comenzó a mirarme huraña como si mi presencia le molestara.

La situación llegó a hacerse insoportable. Tuve tentaciones de tirarla por la ventana pero no pude, así que terminé poniendo la buhardilla a la venta. Creo que el nuevo inquilino le caerá mejor. Es un joven estudiante de medicina bastante atractivo, y parece simpático. Hoy me ha llamado para decirme que me dejé olvidado un espejo sobre el tocador y, como le pareció antiguo, pensó que podía ser un recuerdo de familia.





MAR HORNO



Nel, nuestro maravilloso Adivín Serafín, me ha concedido el honor de invitarme a su casa para que publique un microrrelato. A mi, aprendiza de modistilla de letras. Privilegio inmerecido pero eternamente agradecido.

Yo no sé si soy escritora, sólo sé que tengo la necesidad existencial de escribir. Escribir me salva del vapuleo de la vida, dimensiona mis problemas, le da a cada cosa la importancia que tiene, me rescata del desvarío y me produce un placer que pocas cosas me proporcionan. Yo siempre estoy escribiendo, en mi mente, pero siempre escribiendo, incluso dormida. Hay noches que sueño que escribo. Los microrrelatos fluyen por mis sueños como el agua por un río y alguna que otra vez he tenido que levantarme para escribir en una libreta una idea, un desenlace o una frase antes de que se me olvide. Cualquier hecho fortuito, cualquier situación cotidiana, cualquier noticia, trágica o feliz, de pronto, me produce un chasquido en el cerebro, y me da una idea. Luego, mientras cocino, o ayudo a mis hijas a hacer los deberes, o me tomo un café en trabajo, o espero a que mi marido vuelva a casa, lo escribo, lo pulo, lo mimo, lo acaricio. Casi nunca sé cómo terminar un micro, a medida que lo escribo, él mismo me susurra al oído cuál quiere que sea su desenlace, casi siempre le hago caso, y cuando no lo hago, el texto termina no valiendo nada.

Para la casa de Nel he elegido un texto, que aunque no es el mejor, sí demuestra a la perfección la forma en que suelo escribir, es decir, a salto de mata.

"Pisos comunicantes" surgió una mañana cualquiera, mientras me arreglaba en el baño antes de ir a trabajar. De pronto oigo el reloj de pared de mi vecina del primero, dando las 7. El reloj parecía estar en mi propio pasillo, y pensé ¡joder, estos pisos de hoy tienen las paredes de papel!. El micro fue cobrando forma mientras conducía y cuando llegué al trabajo, en dos minutos, lo escribí de corrido, como si me lo dictara alguien invisible.

"Pisos comunicantes" quedó finalista en el VIII Certamen Internacional de Literatura Hiperbreve Pompas de Papel 2011. Espero que os guste y lo disfrutéis.

Gracias Nel, por acogerme en tu casa.




PISOS COMUNICANTES
 
Las paredes de mi piso parecen de papel. Son paredes traslúcidas, diáfanas, sutiles, comunicantes. No sé dónde empieza mi dormitorio y acaba el salón de la vivienda contigua. Cuando oigo el despertador de mi vecino, me levanto. Cuando su hijo llora, corro a ponerle el chupete. Cuando discute con su mujer, me parapeto en el rencor. Cuando noto que tiene frío, pongo la calefacción. Cuando tose, voy al médico. Cuando se desnuda mientras canta, abro la ducha. Cuando hace el amor, me quedo embarazada.






Me sacáis los colores. Todos y todas estáis invitadas/os porque me aportáis algo: la lucha por escribir en un medio tan difícil como es el blog. Sois de lo mejor y lográis que día a día siga adelante. Perdonar si ultimamente sólo puedo estar con vosotros tres o cuatro días a la semana, los otros os echo de menos.

El próximo martes comienza una nueva sección: "Poetas en el Tintero" y la invitada primera será Rosa. No adelanto más.

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31/1/12

SENSACIONES: AMARILLA



Amarilla, así se volvió mi vida, hoja de árbol esparcida por tierra y al abrigo del helado viento. Amarilla, triste esquina de la cama donde acurrucar los someros insomnios de mi crepitada amargura. Amarilla, pastilla que protege mi estómago del vacío más chirriante. Amarilla piel; amarilla soledad; amarilla vejez; amarilla. Ausencia de amor en un corazón abandonado a su suerte, que solo sabe bombear  incomprensión a borbotones. Ruído ajeno que me saca de las cuatro paredes en las que escondo mi debil respirar. Tiemblo al abrir el cajón, ese cajón, el del bullicio en la muerta habitación. Miro cansado a mis pastillas, preso del desamor y de la hastiada ausencia. Las cajas de mis píldoras deseadas son también amarillas. Pienso en el abandono amarillo que tanto ansío. Lleno el vaso de agua que deja paso a la primera. Amarilla bombilla mortecina de mis últimos mirares. La segunda. Amarilla pintura blanca de amplios desconchones. Tercera. Amarilla lágrima que arrolla mi vida. Cuatro. Amarilla palabra que nunca sale de mi boca. Cinco. Amarilla lengua cansada de lanzarme inusitadas grageas. Sexta. Amarilla oscuridad que se aproxima. Septima. Amarilla. Octava. Amari… Novena. Ama… Décima. A…






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24/1/12

DAÑOS COLATERALES




Rashid salía todos los días a jugar con sus amigos a pesar de la guerra. Jugaban a ser mayores, a matarse, a dejar que el tiempo desfilara por sus vidas lleno de víctimas familiares. Las metralletas resonaban por sus bocas depositando a heridos de apego en un país donde es pecado ser mujer o niño. Van saltando de esquina en esquina, escondiendo sus cuerpos en los burka de la infancia, simulando batallones de los señores de la guerra que atosigan a la población. Rashid se sube de repente a un avión americano, dejando que su boca dispare bombas mientras sus ojos se cierran e inicia una maniobra que lo aleja de sus amigos. Deja su barrio y se adentra en los lugares prohibidos. Vuela cada vez más rápido. Su cabeza sueña con una tierra donde las raíces no se dejen adueñar por la sequía. El camión no lo vío venir.




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17/1/12

MICROINVITADOS 28

PROPÍLOGO



Nel, a quien visito menos de lo que quisiera, ha tenido el detalle de invitarme a aparecer de nuevo en su blog. He de decir que me agrada mucho que esta vez se me requiera una cierta explicación acerca de mi manera de escribir, pues cada vez estoy más interesado en el análisis del uso –inconsciente e intencionado– de los recursos y las ideas.

Dicen que el escritor debe ser constante, rutinario y ordenado, por eso yo nunca llegaré a nada más que lo que ya soy. Sin embargo, y al contrario de lo que sucede con otros vicios, la escritura me llena y me satisface cada vez más.

Me temo que mi inspiración depende básicamente de un status receptoris, que se presenta de vez en cuando, que dura varios días, y que debo aprovechar con fruición. Tomo notas en mi teléfono y procuro desenterrarlas periódicamente. Suelo apuntar frases completas que utilizo intactas, incluso el microrrelato ya terminado. Quiero hacer lo que decía Stephen King en «Mientras Escribo», pero no puedo. Quiero escribir una idea basada en la posibilidad de que algo sucediera. Escribir «¿y si...?», y sacar una historia a partir de ahí; pero no me sale. Hace tiempo que hay una nota en mi teléfono: «Comerse un dedo con el bocadillo», pero no fructifica.

Por otro lado, para hacer uso de esas notas, dependo de un status parturiens, que se me aparece cuando más trabajo tengo, cuando menos tiempo puedo dedicarle, cuando, en fin, aparece mi capacidad procrastinadora.

Escribiendo, me gusta mucho plasmar con palabras una imagen potente. Que el lector acabe casi sonriendo porque la descripción es tan diáfana que pudiera ser casi propia. Para esto, en un análisis posterior, descubro que es el símil o la comparación la figura que más utilizo. Y me he dado cuenta de que lo hago, o funciona, porque se parte de una descripción en la que el protagonista de la construcción de la imagen es el lector; que dibuja un escenario propio a partir de palabras ajenas.

Luego, tal vez demasiado pronto, corrijo en busca de repeticiones, de incongruencias, de posibles nuevos ordenamientos; y acabo.

En el caso del microrrelato que incluyo, todo gira alrededor de la escena primera. Nadie en su sano juicio imaginaría un dragón que cupiera bajo una cama. ¿Para qué idear un monstruo mínimo de la altura de un somier? Por lo tanto, la cama está sobre el dragón.

El resto del microrrelato no es más que un juego entre la personalidad monstruosa del dragón capaz de comerse a un investigador, y la personalidad asustadiza del monstruo que se esconde de una niña. El detalle divertido de la música de fondo no es más que un adorno que no hace sino acentuar lo sencillo de un microrrelato basado únicamente en una escena.




EL DOBLE VIAJE DE JATTERY TIPPLEBY



Mi cama está sobre un dragón. No es que haya un dragón bajo mi cama. Si observan el tamaño del dragón, verán que la cama está sobre el dragón.

El dragón se puso la cama encima para esconderse de mi hermana, que una vez le tiró de la cola y llamó al British Museum para que vinieran a verlo.

Jattery Tippleby vino desde Londres a ver el dragón, y el dragón se lo comió.

Todavía, a veces, el móvil del señor Tippleby suena dentro del dragón; y yo me despierto de madrugada tarareando God Save The Queen.






XIMENS



Gracias Nel. El germen creo que es el de casi todos: una lectura que trae recuerdos, una frase oída en la calle, una imagen, una tarde junto al abuelo. Suelo anotar la semilla en una libreta que paso a un documento. Con frecuencia repaso ideas y las amplio. Todo el día estoy maquinando asuntos. Cuando veo clara la historia la escribo casi de un tirón. Reposo de incluso semanas. Luego pulo, pulo y pulo: narradores, estructura, ortografía. Finalmente publico en blog, taller de escritura o grupo de amigos y reconsidero comentarios. Las dos últimas notas son: "Anciana echando migas de pan por la ventana, pajarillos y palomas se acercan a comer, momento en el que lanza un cartón de leche" "Cenamos solomillo de pollo". Algo saldrá.
Tolerancia surge de la cruzada de ciertos políticos madrileños por avanzar hacia el pasado mediante la segregación por sexo en las aulas, conjuntamente con la satanización por los ultracatólicos de la homosexualidad. La figura del maestro fue sustituida por la de un sacerdote en el convencimiento de que en la Sodoma de las castraciones ideológicas existe al menos un hombre tolerante.



Tolerancia
Fotografía de Rui Palha, tomada de internet


Los chicos en fila a la izquierda y las chicas a la derecha, dijo un señor, vestido con una negra falda larga hasta el suelo, el primer día que fui al colegio, y yo no supe en qué lado situarme.
Se acercó hasta mí, se agachó y me puso una mano en el hombro.
 —¿No sabes dónde ponerte? —me preguntó.
Con los ojos fijos en el suelo negué con la cabeza.
—Ponte donde más cómodo te sientas —me dijo.
Y me dirigí a mi fila.




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10/1/12

REGÁLAME TU MENTIRA



Regálame tu mentira
de espacios siderales,
acurrucada en certezas afligidas
y llena de dudas remotas.

Regálame tu mentira
adornada de convencimiento,
rodeada de amargura obcecada
y de miradas de fría nostalgia.

Regálame tu mentira
de amor engatillado,
con sábanas de corazón revuelto
y cigarrillos de sabor amargo.

Regálame tu mentira
de silencios surcada,
a gritos de soledades infectas
en un alma sin recuerdos apagados.

Regálame tu mentira
antes de irme a otro infierno,
con desconsoladas lágrimas seculares
y embadurnada de melancolía amante.






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3/1/12

MEROS RECUERDOS, ¿O NO?



Me dirijo a vosotros para contaros algo que en estos momentos no recuerdo muy bien. Perdonadme, es la edad.  Quería relataros una historia sobre una vieja y sus hijos, o eso me parecía. ¿Y sería hijos o vecinos? En fin, no me hagáis mucho caso, son recuerdos flojos. Y digo yo, ¿recuerdos o cuentos? Creo hacer memoria cuando aseguro que yo era una chismosa de calibre en el barrio. A lo que íbamos, parece ser que los hijos se querían deshacer de la vieja, es decir, posiblemente de mí. Me suena que lo harían con un venenillo para ratones, como si fuera un folletín de tres al cuarto. Ahora es cuando me toca hablar de los vecinos, pero no atino muy bien al decir si ellos intentaban ayudar a la vieja o a sus hijos. De lo que sí estoy segura es que el pastel me salió de rechupete. Digo, no dejaron ni la guinda. Y lo más simpático fue que casi no me alcanza la harina. Pero bueno, menos mal que tenía aquellos polvillos que me ayudaron a completarla. Siempre me ando por las ramas, al grano Maria Luísa, al grano: la vieja se salvó al final. ¿O era un viejo? No sé, quizás eso no tenga importancia.



Me parece que el martes me resulta más cómodo para publicar, así que continuaré los martes sacando mis nuevas ideas e invitando a la gente a mi casa. Blogsaludos.



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