11/3/10

BUENAS Y MALAS NOTICIAS

Fallar un disparo, por parte de un buen tirador, hace que el siguiente vaya bien situado. Y fue certero, directo a mi cabeza, sin dudar un momento del lugar donde se debía cobijar. Pero el anterior, ubicado por error en mi hombro derecho, hizo que mi cuerpo se agachara ligeramente y mi cabeza se lanzara directa al suelo. La bala asesina penetró en la pared, acorde al informe policial, dejándome con vida. Lo demás fue consecuencia de los nervios, esos nervios que te dejan inconsciente, metido en un limbo lejano que te trae al recuerdo páginas de tu vida que nunca pasaron. Los médicos dicen que he estado un día sin consciencia, debido en gran medida a la anestesia de la intervención para desalojar la bala. Apenas abrí los ojos, su cara me sonrió, hacía tiempo que no veía su expresión risueña y cariñosa, unos dos años, justo el tiempo que transcurrió desde que a mi hermano le dio el derrame cerebral. Desde entonces, mi madre dedicó todas sus atenciones a mi hermano mayor, o debería decir con mayor corrección hermanastro.


-Manolín, cariño. Vaya susto que nos diste. Voy a avisar a tu padre que ha ido a la sala de espera a ver el partido.

-Madre, madre,… No te preocupes, el fútbol es sagrado para padre.

-Tu hermano Javi te manda saludos. Lo hemos dejado en casa con tía Ana.

-¡Qué raro que lo hayáis dejado para venir a verme!

-Cariño, no empieces. Acaso prefieres que te haya dado a ti el derrame.

-No me chantajees, madre. Siempre estamos con lo mismo.

-Claro, el señor siempre ha sido el centro de atención y cuando éste se ha desplazado llega la pataleta.

La enfermera de planta mandó salir de la habitación a las visitas para atendernos a los enfermos, tiempo para reflexionar sobre mi egoísmo. A mi hermanastro jamás le vi protestar por el trato de favor que me dispensaban. Se desvivía por mí en el colegio, en la calle, en casa y hasta en nuestro cuarto. Me adoraba: se quedaba sin un regalo si a mí me gustaba, no iba con sus amigos si yo simulaba estar enfermo, me compraba con su dinero un segundo helado si así se lo exigía, cargaba con mis culpas cuando yo armaba alguna pifia; vamos, un hermano de verdad que se había conformado con que siempre le llamara hermanastro. La enfermera me sacó de mis pensamientos, el cambio de dodotis no podía esperar.



El abogado del periódico solicitó una habitación tranquila para poder hablar conmigo. El cuarto donde guardaban las sábanas y demás ajuar nos sirvió de despacho. Mi cama corrió por el pasillo y se dirigió rauda al encuentro.

-¡Hombre, Manuel! Ese canalla no ha podido con usted.

-De momento, no.

-Vengo a comunicarle la resolución del testamento.

-Los tres niñatos han cerrado el periódico.

-Doña Mercedes de Lóriga, bueno, más bien diríamos la Merce…

-Está de coña, ¿verdad?

-No me interrumpa. La Merce tiene a tres lebreles que las pruebas de paternidad han demostrado no ser hijos del señor don Antonio del Pino y Anzueta. Así que, sin ninguna duda, no pondrán sus manazas en el periódico.

-Vamos, algún sustituto vendrá que mejores los hará.

-No adelantemos acontecimientos. Pero no conformes con las pruebas de paternidad, la Merce nunca estuvo casada con el señor y por lo tanto no tienen ningún parentesco familiar con el señor don Antonio. Parece ser que la Merce ya estaba casada y todavía lo está hoy en día con un lebrel llamado Pedro.

-Anda, como el conserje.

-Ese mismo, el que le disparó a usted y mató a sus tres compañeros, porque me permitirá nombrar al señor como compañero.

-No faltaría más.

-La policía lo anda buscando. Pero vayamos al grano, el señor Antonio tuvo un hijo con una mujer antes de tener las paperas que le dejaron…, bueno, usted ya me entiende. Ese hijo es el heredero del señor, que tiene un capital que para si quisieran muchos. Un año antes de morir, heredó de un tío soltero y multimillonario una suma increíble.

-No se enrolle. ¿Se sabe quién es su heredero?

-Sí, su hermano.

-¡No!

-Sí, sí. Su madre fue el gran amor del señor, y fruto de ese amor tuvo a su hermano. El señor lo reconoció legalmente al nacer, así que no hay duda alguna.

-Hay que avisar a Cepeda. Pedro sabe donde encontrarle y seguro que intentará matarlo…



     TÚ DECIDES    

¿Será el final? ¿Será un punto y aparte? Contesta a nuestra encuesta y decide:

A.-Manda a sus hijos a matar a Javi, cansado de hacerles todo, y se marcha con la Merce al extranjero.

B.-Sigue tan pringado como siempre y les hace el trabajo sucio a sus hijos.

C.-Son todos detenidos por Cepeda, pero un accidente con el coche hace que Pedro huya.

No digo nada. Según mi contador, hay 90 visitas semanales de promedio. ¿Dónde estáis? Si os da vergüenza, podéis figurar aquello de anónimo. Vosotros sabréis.

     LA DECISIÓN    

Como se puede ver, la decisión C es la ganadora y la que la semana que viene se reflejará en la blognovela.

11 comentarios:

  1. ¡Huy, como se ha puesto la situación!

    Ante todo, una sentida disculpa por no pasarme tan amenudo como quisiera por aquí. Los exámenes me mantuvieron bastante entretenido y no he podido ponerme al día hasta hace muy poco. Veo que todo se está haciendo más emocionante y que llegamos al clímax...
    Pero no lo sé, no quiero que esta historia acabe tan prontamente. Tengo que pensármelo mejor y luego dar la respuesta de mi decisión.

    ¿Podrías ampliar o explicar mejor las opciones a y b? Es que o yo las estoy interpretando mal (que puede ocurrir), o me salteé algo importante que me hace poder entenderla del todo. ¿Quién manda a sus hijos a matar a Javi y se va con la Merce? ¿Y quién se siente tan pringado y les hace el trabajito?
    Sí, puede parecer absurda la pregunta, pero es que si no puedo estar eligiendo cualquier cosa.

    Ahora me pregunto si es que Don Manuel se despierta agitado por el abogado que le dice: "Manolo, no te duermas que hay algo importante que decirte". XD

    Sigo pensándome la respuesta.

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  2. La respuesta a tus dudas es Pedro el Conserje, que resulta ser el padre de las criaturas. Muchas gracias Nicolas por estar ahí. El Diario de Independencia se está haciendo a si mismo y en breve tendrá una sorpresa, espero que te guste.

    Blogsaludos

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  3. ¿¿¿El final???

    Espero que no.¡¡¡Con lo interesante que se está poniendo la historia!!!

    Pero toca elegir una opción. Como quiero que continúe esta blognovela, elijo la C, con la esperanza que la huida de Pedro lleve la novela por nuevos derroteros.

    Besitos de jengibre.

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  4. Pase lo que pase, la historia va a continuar. Mi mes de descanso se acerca y quiero dejar la blognovela en un punto de intermedio. Además, durante ese mes quiero reflexionar sobre ella y dirigirla por un camino seguro. Así que escoger con tranquilidad.

    Blogsaludos

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  5. Espero que disfrutes de ese bien merecido mes de descanso. Siempre es bueno desconectar de la rutina diaria y dedicarse un tiempo a uno mismo.

    Y mi opción sigue siendo la C. Es la que más me gustaba, de todas maneras.

    Besitos de jengibre.

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  6. Hasta el 12 de abril todavía tengo tiempo a dejar la blognovela en descanso.

    Blogsaludos

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  7. Pinto, pinto, gorgorito, saca la mano de 25, pin, pon fuera.....
    La A.

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  8. Bienvenido, tu voto es recogido y procesado por nuestra central de datos. ¿Te ha llegado mi paquete con el queso cabrales? Tus anchoas me las he comido ya. Hasta la próxima compañero. ¡Ah! ¿Que te ha parecido el microrrelato?

    Blogsaludos

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  9. Lo he meditado. La verdad es que pienso que las tres opciones son tan buenas entre ellas que cuesta mucho decidir.
    He analizado qué pasaría en la historia si acaecieran las situaciones mencionadas en las tres opciones. Además de un grave dolor de cabeza, he obtenido que: si yo fuera Pedro, y si yo supiera que la poli se ha dado cuenta de que soy el asesino y me anda buscando, no trataría de ir como un huracán a asesinar al único heredero del señor Antonio ni enviaría a mis pequeños retoños para que ellos hicieran el trabajito. Si yo fuera Pedro el conserge, lo que haría sería jugar a la segura y mandarme a mudar con la Merce y mis tres preciosos hijitos, mis descendientes.
    Y, a pesar de que me gustaría saber qué ocurriría si Pedro matase a Javi (es decir, quién sería el principal heredero y destinatario de toda la fortuna del señor Antonio del Pino y Ansueta), opto por la opción C. Le da un toque conclusivo y más abierto a la historia. Se prestaría para que los lectores (nosotros) tengamos pie a la especulación durante un cierto tiempo. Si Pedro huye, nosotros no sabremos qué pasará a continuación. Si Pedro matara o mandase a matar a Javier, el final seguiría siendo conclusivo (o, si se quiere, de suspenso) y también seguiría siendo abierto, pues no sabríamos quién se convierte en heredero del señor Antonio; pero se hace menos abierto que el escape de Pedro. Sabiendo que la policía ha atrapado a su familia y que está en busca de él, no sabe qué hacer ni cómo actuar. ¿Matará a Javi? Se mantendrá oculto en los bajos fondos hasta que las aguas de la superficie se calme? ¿Se hará pasar por muerto? En el caso de la opción C no sólo tenemos un final abierto por no saber qué pasaría si Javi fuera asesinado, sino, también, tendríamos un punto y aparte doblemente abierto porque ni siquiera sabríamos cuáles serán los próximos pasos de Pedro luego de la huida.
    Huy, ha quedado retorcido, pero no sé de qué otra forma poder explicarlo.

    Pasando en limpio: elijo la opción C.


    Gracias por la aclaración de las dos primeras opciones, y por nada, es un placer seguir la historia. Cada vez se pone más emocionante, y esto de poder decidir hacia qué rumbos llevar la novela me parece entretenido y muy didáctico.

    Esperaré con impaciencia la sorpresa de la que hablas en tu comentario, que ni siquiera me imagino qué podrá ser.

    ¡Elen síla lumenn'omentielvo!

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  10. P.S: Sé que en el policial negro esto no se suele tratar mucho, pero, como amante de la vieja escuela y del policial de enigma, me pregunto... ¿se mostrará en algún momento el modo en que Justo llegó a la conclusión de que Pedro era el asesino? Es una simple curiosidad que me surgió del hecho de tener tan arraigada la costumbre del detective explicando sus razonamientos. Además, claro, de los misteriosos personajes que rondaron las cercanías a la escena del crimen en donde murió el señor Antonio.

    P.

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  11. Oído cocina Nicolás. Tomo nota de tu voto. En cuanto a los entresijos de la trama, una historia creo que debe dejar en silencio muchas cosas, porque el lector tiene derecho a pensarse algunas cosas libremente. A veces los silencios connotan muchas realidades. Eso sí, cuando empezo la historia yo ya sabía que era Pedro el asesino. Quizás en un futuro nos enteremos de alguna cosilla que otra.

    Blogsaludos

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