El ascensor llega a la planta baja y abre sus puertas, de su
interior salen ingentes enfermos camino de la farmacia. Alba los esquiva y
entra empujada por virus deseosos de cura. La contrataron como eventual en la
primera remesa de Diplomados en Disapensar Cariño. El ascensor se iba parando
en cada piso y tardaba una infinidad en reiniciar la marcha. En recepción le
habían indicado que su consulta estaba en el último piso, justo al final del pasillo.
Llevaba el libro del abc del cariño para novatos, por si tenía alguna duda. El
ascensor, al fin, se detuvo en su piso. Los nervios se apoderaron de ella. Un
bullicio se oyó apenas se abrieron las puertas. Apartó como pudo a los enfermos
y caminó para la consulta. Algunos pensaron que se estaba colando y monteron en
cólera. Empujones, arañazos, bofetadas,...
hubo de todo. Como resultado de todo ello, se vio obligada a ser su
primera paciente.
.
Adivín, está visto que no sabemos ni pedir cariño, ya de darlo ni hablamos. Me ha encantado tu ironía. Un abrazo bien dispensado, y un achuchón cariñoso.
ResponderEliminarEs que eso de dar cariño y más si es gratis, no está nada valorado. A más de uno le pondría yo a leer tu historia!! Me gusta el tono sarcástico.
ResponderEliminarUn abrazo, de estudiante de cuarto de la misma especialidad.
Fantástico. Me gusta.
ResponderEliminarEn esta vida todos somos eventuales dando cariño. Pero hacemos todo lo posible por hacer bien nuestro trabajo hasta que se termine el contrato...
Besos.
Todo está demasiado crispado, y creo que lo reflejas muy bien en este texto.
ResponderEliminarCon este micro, Nel, das en la diana de la sinrazón en que vivimos con el dardo de tu ironía.
ResponderEliminar¿Es posible que esos que necesitan cariño no se den cuenta que no han de esperar por nadie en especial? Pues sí, así vivimos. Con lo sencillo que es abrazar. Con lo bueno que es reírse. Con lo que cura el besar, aunque sea castamente y a un/a desconocido/a.
Me gusta tu visión, amigo mío, porque encuentras el flanco por el que sacarle punta.
Un abrazo,
Espero que no se de por vencida....
ResponderEliminarMuy bueno
Un abrazo
Terrible historia. Bien dicen que "el que se mete a redentor termina crucificado"
ResponderEliminarAsí estamos.
Pero estaremos mejor en cuanto haya más "Albas" en el mundo.
Beso enorme, Adivín
Jo, qué fuerte!!! Deberían poner un aviso en el pasillo "antes de pasar dé un abrazo a quien tenga más cerca, si ve que alguien intenta colarse piense que seguramente está más necesitado, todavía, que usted"
ResponderEliminarMuy crítico
Un abrazo
Esto me recuerda el chiste de aquella viejita que frente a una cola tremenda para comprar pan, caminaba para llegar a la puerta. nadie la dejaba pasar y la regresaban aún con insultos. De repente se para la viejita y dice: "ahora no abro la panadería p'que se jodan".
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Adivin, muy original este relato, en el que evidencias que hasta los facultativos necesitan su remedio. En la sociedad individualista que vivimos, un abrazo o una caricia no se suele prodigar cuando se necesita, no sé porque nos acostumbrado a que sea extraño solicitarlo, sin más.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
a mi me gusta lo de "los virus deseosos de cura"
ResponderEliminarMe encanta la Diplomatura de Alba, creo que tendrían que haber, al menos, una asignatura obligada para aprender a dispensar cariño, habría menos enfermedades, menos guerras, menos de casi todos los males...
ResponderEliminarMuy bueno tu relato Adivin. Me gustó mucho.
Saludos,
Ironía de la buena. Me ha encantado Adivín...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Bueno por lo menos el personaje es grato con lo bien que sienta el cariño cuando de repente tienes que dejar el hogar y seres queridos y te puedes encontrar con una especialista en caricias llenas de cariño.
ResponderEliminar¡Guuaaai ! megusta tu blog , volveré!-
Un abrazo.
Malos tiempos para los escasos dispensadores de cariño, muchos virus y mucha crispación que traen los malos tiempos.
ResponderEliminarSi pasé por delante de tu casa natal, pasé dos veces esa semana.
Saludos, Nel.
Si es tan fácil instaurar el buen rollo, ¿por qué será que nos suele poderel malo?
ResponderEliminarHemos perdido el espiritu tribal de colaboración y cooperación, y eso se nota en todos los aspectos.
Buena entrada Nel.
Saludos.
Cuando se deja de dar de forma natural, ésto es lo que puede acabar sucediendo...
ResponderEliminarUn abrazo, Adivín.
Más cariños y menos porrazos.
ResponderEliminarUn saludo
Saco en conclusión que tan necesitados estamos de cariño que no sabemos distinguir a quien viene a dárnoslo y lo maltratamos después de haberlo prejuzgado.
ResponderEliminarUna sociedad arisca y tensa tenemos, Adivín. Mala cosa.
Buen micro.
Un abrazo.
Pusieron la consulta arriba del todo, como los aseos en "El Corte Inglés". está visto que lo más necesario es lo más inaccesible.
ResponderEliminarMe encanta tu dispensadora de cariño,pobre, es novata y eso le cobra factura.
Un abrazo.
Hola Adivin, que entrada más bonita, me ha recordado a alguien que quise y que hablaba y regalaba cariño al mundo que tenía cerca, y cuando estaban distantes extendía sus alas y hacia posible que todo fuese mágico. Un abrazo por hacerme recordar.
ResponderEliminarLamentablemente ¡REAL!!!!
ResponderEliminarcariños.
¡Qué poco valoramos lo que más valor tiene! el afecto.
ResponderEliminarMe gusta tu ironía y como lo llevaste desde la primera a la última letra.
Creo que eres un maestro en esto.
Besos.
Nuevos oficios surgidos de la crisis....
ResponderEliminarPobre chica, toda preparada para dar cariño a quien lo necesite y se encuentra con que ella lo necesita más que nadie. Si es que hay muchos que no se merecen ni un mohín simpático.
ResponderEliminarAbrazos, Adivin.
Que desagradecidos somos los seres humanos en general.
ResponderEliminarNo damos cariño ni pagando, pero lo peor es que, hay quienes están dispuestos a regalarlo, esos a quienes consideramos bichos raros porque sonrien y ofrecen paz con un abrazo...pero estos, a esta gente bondadosa y cariñosa ni le hacemos caso..
Luego nos quejamos de la falta de amor...
Que irónica y buena es tu entrada, me ha gustado mucho, una crítica muy interesante sobre las relaciones humanas, sus carencias, sus ansias y el egoismo desmesurado.
Besitos desde tierras gironenses.
Muy buena tu entrada y muy irónica también, Adivín.
ResponderEliminarNecesitamos cariño, abrazos, risas y cuando hay alguien dispuesto a darlo no somos capaces de verlo o apreciarlo.
Me ha gustado mucho esta dispensadora de cariño.
Besitos
Terrible, así vamos por la vida atropellándonos unos a otros...para luego quejarnos. Un abrazo!.
ResponderEliminarLa verdad es que si en vez de mamporros regalaramos un poquito de cariño y comprensión mutua, nos iría mejor.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye Oyasin
Una sonrisa, un abrazo, cualquier demostración de cariño siempre debería ser bien recibida porque ¿a quién le amarga un dulce?
ResponderEliminarUna lástima que haya personas incapaces de dar y/o recibir cariño.
Un abrazote, Nel.
¡Me encanta tu micro!
ResponderEliminarMe gustan los afectos, la gente que los da, fisicamente o por medio de las palabras escritas...
Me gusta querer, me gusta que me quieran...(creo que por eso escribo)
Sin necesidad de ser diplomada en afectos, te mando muchos BESICOS
A veces se lo pierde tanto de vista que parece muerto y sepultado, aún así el cariño sobrevivirá. Muy linda entrada, Adivín, para pensar (nada más y nada menos)
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Verdaderamente, si empezáramos por nosotros mismos, curaríamos muchos males de este mundo.
ResponderEliminarEs buenísimo.
;)
Resulta profética tu clara visión del desarrollo laboral.
ResponderEliminarAl progresar la humanidad irán apareciendo profesiones acorde a la demanda.
La dadora de cariño urge que ya aparezca en forma masiva.
Hay que sembrar más esperanza.
Las nuevas comunicaciones acabarán uniendo y gestando a la nueva especie. Como un superhombre Nietzcheano que llega con retraso.
Pero llega.
Siempre me ha parecido admirable la capacidad de dar que hay en algunos hospitales y entidades, y tú tienes la capacidad de captar en apenas fotograma y medio toda esa valentía y generosidad y toda la avidez y el desgaste que van asociadas. Impresionante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
real como la vida misma...dramático y divertido, cargado de una ironía sutil, estreno
ResponderEliminarde un diploma necesario para una sociedad que pierde sensibilidades
elementales... te felicito es una entrada de ORO txapeldun he disfrutdo mucho leyéndote y para mi es un honor tu visita y comentario a estrella errante. Un saludo cariñoso de Begoña
Con este micro denuncias la realidad. Si hay que inventar nuevos oficios. Me encantó el cruce hacía la farmacia y los virus deseosos de cura. Está claro que era necesaria.
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