Jamás había pensado que se llegara a tamaño avance desde los tiempos en los que se generalizó internet en los hogares, sin embargo, día a día, se van innovando y alcanzando metas increíbles. La semana pasada compré un móvil cuyo funcionamiento me intentó explicar el dependiente, sin que yo le hiciera mucho caso. Sabía que las compañías se traían unas peleas entre ellas para abducirte en el momento en que el cobro de tu llamada fuese mayor: Movimoon te abducía en las llamadas internacionales, Torange en las nacionales y Olafone en las locales. Te levantabas perteneciendo a una compañía y te acostabas siendo de otra, pasando a lo largo de la jornada por todas ellas según la cantidad de llamadas que efectuaras. Y vaya cómo se pasaban con el cobro que realizaban al darte de alta.
Anteayer, marchó mi hermano de vacaciones a la base espacial de cinco estrellas El Ventorrillo, que se encontraba en el lado oscuro de la Luna. Apenas había llegado, me llamó a cobro revertido con los consiguientes pingües beneficios para la compañía. Me dije que en otra tala no me iba a pillar mi vergonzoso hermano. Lo llamé ayer con mi móvil a través de la compañía interestelar más cara en llamadas a cobro revertido. Al principio no escuché nada, ni un miserable ruido espacial rugiendo en medio de la comunicación. Pensé que me tenían en espera para la consabida clavada de tarifa telefónica típica en la Tierra. Sentí una inquina procedente de mi móvil y yo le devolví un enfado macanudo. Alguien se estaba columpiando de mi chepa en silencio y tomándome por un pringado. El silencio era lo que más me mosqueaba. Mi complejo de inferioridad afloró suavemente por el celular. Un sentimiento de cornudo me saludó severo en mi frente. De repente, la llamada se cortó. Aquello me pareció la mayor tomadura de pelo en la historia de la telefonía. Me puse en contacto con la compañía y nada más escuchar su respuesta, supe que sobraban las palabras.
Próximas publicaciones:
Miércoles 23, en corto: Retahila no tan Infantil
Viernes 25, microinvitados
"Sentí una inquina procedente de mi móvil y yo le devolví un enfado macanudo" Frase de antología.
ResponderEliminarQué buen cuento Adivín!!!
Todavía no, pero con las compañías de móviles nunca se sabe.
Un abrazo a la espera de próximas novedades
jajaja Muy bueno, tienes toda la razón. Somos dependientes y se aprovechan. Me queda una duda...¿cual fue la respuesta?
ResponderEliminarSalud.
Raro Raro Raro :-)
ResponderEliminarBuenísimo Adivín, me has hecho reir con ganas.
ResponderEliminarUn beso.
Las telefonías móviles siempre encontrarán una buena excusa para estafarnos.
ResponderEliminar¡Mientras no hayan hecho estallar la luna!
Interesante y divertido. Un abrazo.
ResponderEliminarHola de nuevo a todos. El día que colgué este micro se me estropeó el ordenador, quizás por una venganza de las compañías telefónicas. Confío que no ocurra otra vez, cruzo dedos.
ResponderEliminarHola Patricia, el cabreo macanudo me lo agarré yo aquel lunes, fue el hardware, así que no descarto nada de las compañías telefónicas.
ResponderEliminarHola joplin, la respuesta fue un silencio monumental, como es típico en ellos. Fuera bromas, la respuesta es...
Hola Cybrghost, apuntado, apuntado, apuntado...
Hola Chula, me gusto mucho tu risa, espero pasar por tu blog hoy sin falta.
Hola Malena, no sé si la luna, pero el reactor nuclear de Japón no tiene tono.
Hola Héctor, gracias por pasarte por aquí.