Año tras año se celebraba en Villapalofrío la competición de
quién iba más atusado al Gran Baile del Club de Golf. Cada boutique, cada
tienda de complementos, cada joyería, cada peluquería,…, bueno no, cada
peluquería no, había una destartalada barbería en pleno centro de la villa
cuyos dueños hacía tiempo que se habían quedado anticuados. Nadie se aproximaba
a sus puertas, el desprecio hacia los decrépitos viejos se traducía en la más
absoluta indiferencia.
Aquel año fue distinto, su nieto se hizo cargo del
establecimiento y la innovación iba más allá de una sorprendente mano de
pintura. Los peinados unisex destilaban un aire de elegante modernidad y la gente
más chic comenzó a visitar la peluquería. El boca a boca se encargó de la
publicidad, rompiendo así todos los records de reserva para el extraordinario Gran
Baile del siglo.
El Club jamás había sido decorado tan elegante. La
servidumbre lucía unos trajes de gran distinción. Los invitados se veían
flamantes en su habitual coquetería. Incluso contrataron a la orquesta de mayor
swing de cuantas actuaban en los clubs de finura. Al llegar la medianoche,
justo cuando empezaban los cambios de pareja más sexis de toda la alta
sociedad, los aspersores de incendio comenzaron a funcionar y la laca de los
peinados se convirtió en una masa pegajosa que destrozó la velada más delicada
de la historia.
Nadie se explicó como la barbería volvió a lucir su
desconchada pintura. Los viejos tornaron al trabajo con unas elegantes
sonrisas.Seguimos con esta cuenta atrás de despedida. Quedan un relato y una poesía para acabar de momento este blog. El lunes próximo, 18 de mayo, publicaremos el relato y dejaremos que sea la poesía la que cierre este ciclo el lunes 25 de mayo. Hasta entonces, sed buenos.
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Halaaaa ... tan pronto !?
ResponderEliminarHola Trimbolera, ya ves. Hay caminos que me esperan y que para ello debo dejar éste de momento. Saludos.
EliminarJeje, siempre es simpático conocer las venganzas de los ancianos, el rencor de las pelucas, sobre todo en una sociedad en la que la estupidez parece reinar a sus anchas. No reparan ni el nieto, también se las traen.
ResponderEliminarHola Ximens, la justicia no suele acercarse a la casa del pobre, sólo la magia hace real lo inverosímil. Cada día estoy más convencido que nuestras licencias de escritores son las únicas que se preocupan del pueblo, palabra que sirve para pedir votos cada cuatro años para después reírse de ella. Saludos poderosos.
EliminarAins te voy a echar de menos!!
ResponderEliminarHola Julián, nos va a seguir uniendo la escritura, ese mundo donde todos deberíamos de ser hermanos y compartir. Creo que de vez en cuando me va a entrar el mono y os tendré que visitar. No lo dudes, yo también te voy a echar de menos. Saludos.
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