Mi mujer y yo navegábamos con asiduidad de puerto en puerto por
todo el contorno. A la gente le suele gustar hacer kilómetros en sus coches, a
nosotros nos deleitaba poder andar con nuestro velero. Nuestros trabajos los
llamaban de alto estrés, así que nuestra embarcación lograba calmarnos y expulsaba
nuestra rabia por lontananza.
Ahora voy solo, sin su compañía. Arreglo el barco para una
larga travesía, mi primera gran travesía, antes apenas perdíamos de vista
tierra. No sé el tiempo que me llevará, quizás meses, tal vez algún año que
otro. Dejo echa su efigie en la arena de nuestra playa y parto. Voy en su
busca. Voy al puerto donde ella dirigió su sereno paso.
.
A un puerto sin retorno...
ResponderEliminarSuena a epitafio.
Abrazos y buena semana.
Bello y triste micro.
ResponderEliminarUn abrazo, campeón.
En pos del amor perdido...
ResponderEliminarBesos desde el aire
PD. O acaso la dejó enterrada en la playa?
Triste y nostálgico, Me gustó mucho este relato.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
La paz que se disfruta en un velero, el suave balanceo en la trasluchada, el silencio solo roto por el viento hinchando la mayor... ¡ay! no me extraña que nuestro protagonista elija un velero para su última travesía
ResponderEliminarNostálgico relato. Gracias :)
un abrazo
Suena a que ni uno ni otro volverán. Ella porque no podría, él porque sin ella no quiere.
ResponderEliminarHermoso micro.
ResponderEliminarSaludos.
Triste, triste. Me ha pillado a traición y me ha dejado con el corazón encogido.
ResponderEliminarUn beso
Queda un regusto a despedida definitiva que entristeces. Pero es una hermosa manera de decir adiós.
ResponderEliminarSaludos
Llegando más lejos que nunca.
ResponderEliminarSiempre hay que ir más y más lejos. Muy bien!
Es curioso como utilizando de manera hermosa las palabras, también el adios resulta bello. Hermoso relato. Un abrazo.
ResponderEliminarConmovedor y bello.
ResponderEliminarAunque no debe apurar el paso, llegará a ella a su debido tiempo.
Besos, Adivín
Es conmovedor por lo que tiene de despedida de ir en pos del mismo lugar donde ella está.
ResponderEliminarBesitos
Melancólicamente bello.
ResponderEliminarBesos.
Mientras la travesia te lleve a un puerto en que puedas abrir ese corazón que tienes cargadito de sentimiento y brote de él una sonrisa tomate el tiempo que necesites...
ResponderEliminar(esta fué apreciación personal, sorry)
Esta la otra: Adivín el micro me parece una despedida, una búsqueda del fin de una vida... una decisión bien planificada... un no esperar mas que horizonte...ojala que encuentre lo que busca...pero que no sea la muerte.
Besitos mil.
Un puerto celestial, tal vez ese sea el rumbo sin tiempo.
ResponderEliminarSaludotes muchos, Adivín.
Un viaje de no retorno... algo triste, poco alentador.
ResponderEliminarPero sentido.
Un abrazo
Seguro que ella le espera.
ResponderEliminarA mí me ha conmovido el relato.
Saludos.
Hoy por la noche se publicará un nuevo Microinvitados con Maite y Elysa que va a estar fenomenal. A todos vosotros gracias por vuestros comentarios, sabéis que cada comentario es una vida para el bloguero.
ResponderEliminarBlogsaludos
Es precioso. Triste, melancólico, nostálgico...pero precioso. La calma que transmite el narrador mientras desgrana la historia hace muy agradable su lectura.
ResponderEliminarGracias Montse
ResponderEliminarAquí otra del club de fans de Ely, estoy de acuerdo con Pedro, me estremezco al leer este relato.
ResponderEliminarMaite, del tuyo me atrapó por su sencillez y complicidad.
Abrazos
L;)
Triste.
ResponderEliminarPero creo que lleno de amor, si está dispuesto a partir en pos del puerto en el que ella lo espera... no hay duda alguna, es puro amor!
Muy conmovedor, has conseguido conmovernos con estas pocas líneas!
Un abrazo!
;)
Gracias L.P. y Edurne por vuestros comentarios.
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