Nos prometimos amor eterno y hasta aquel momento lo íbamos cumpliendo. Los días escogidos eran los martes y los jueves. El lugar de reunión, un pisito amueblado donde escondíamos nuestra fidelidad. La justificación, unas clases de música que compartíamos con el profesor Rufino Rato Alcande. Ninguno de nuestros ricos cónyuges sospechaba nada: manteníamos nuestro elevado tren de vida matrimonial, como de costumbre. Aquella tarde de lluvia un hombre parecía seguirme; cogí un taxi, – el violonchelo me apretujaba contra la ventanilla -; el taxista no paraba de mirarme por el retrovisor, el portal estaba cerca; le mandé parar y le pagué la vuelta. Todo siguió tan normal: unas copas, el baño y la cama. Por primera vez llamaron al timbre mientras estábamos allí. Me puse el albornoz. Recorrí lentamente el pasillo. Una madre con su niña querían que les diese clases de flauta. Les indiqué que allí se daban clases de violonchelo. Desde entonces no cesan de llamar a nuestra puerta, ni aún después de haber quitado la placa de la entrada que anunciaba que Rufino Rato Alcande era flautista.
Este micro se presenta a la 3ª Propuesta de Microrrelatos a traves de una Imagen del grupo de microrrelatistas de Brevedades. Si todavía no te has apuntado, no sé a qué esperas.
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Miércoles 27, en corto: Contrapunto
Viernes 29, microinvitados
Muy bien Adivín, a mi me está costando esta imagen... pero no quiero dejar pasar el taller. A ver si me pongo esta tarde-noche y saco algo.
ResponderEliminarTu micro me gusta mucho, le has echado mucha imaginación.
Un abrazo
Sacar de una imagen una historia, no siempre es fácil. Violonchelo traicionero...
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte, seguro que te va bien en el concurso.
Muy bueno tu micro, acorde con la imagen.
ResponderEliminarSuerte.
Un saludo indio
Me encantó Adivín. Le has dado un giro a la historia sumamente original, pícaro, divertido.
ResponderEliminarQué pena me dan esos dos, si era más fácil llevar una flauta, ja ja.
Traición musical !!! Imaginación no te falta...
ResponderEliminarQue te vaya bien en lo de los Micros.
Saludos muchos.
Me gustó esta interpretación "fiel" de la imagen :-)
ResponderEliminarSaludillos
Jeje, divertido final y pasional interpretación de la foto.Me gustó.
ResponderEliminarSalud y suerte.
Creo que han sido discretamente sorprendidos :-).
ResponderEliminarMe gustó mucho, me alegra que mi imagen te haya inspirado.
Y yo sin conocerte...
ResponderEliminarque gran vuelco!!!
un placer de lectura!
Saludos!!!
Ir con un chelo a un profesor de flauta por fuerza tenía que terminar llamando la atención.
ResponderEliminarDivertido relato.
Sí que le sacaste jugo a la fotografía!
ResponderEliminarMuy buena historia.
Interesantísimo reto y más interesante si cabe tu propuesta. Encantado de descubrirte!
ResponderEliminarHola a todos. El violonchelo crepita apenas le acerco vuestros comentarios. Gracias de su parte.
ResponderEliminarBlogsaludos
Anita.- Dentro de un momento me voy a tu blog pues he visto que has publicado tu micro. Tengo ganas. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarCitizen_0.- Cuanto más grande el instrumento, más ostensible su traición. Gracias por pasarte por aquí.
No Comments.- Gracias compañero, saludos maños.
Patricia.- Mis amigos suelen conocer mi picardía, llena de retranca, es muy típico aquí en Asturies.
Luna.- La traición suele saltar en cada esquina. Dedicándote como te dedidas a los versos, seguro que sabes un montón.
ResponderEliminarPuck.- Gracias ranina amiga. Cada uno le da un aire maravilloso, como tú sabes, con genio a raudales.
joplin.- ¿Qué sería de la vida sin pasión? Estaríamos aburridos.
Cybrghost.- Tu imagen era maravillosa. Me apetecía sentarme y pasarme unas cuantas horas contemplándola.
Sucede.- Bienvenida a este tu blog. Me alegra contar con tu presencia.
ResponderEliminarEbude.- Lo que más llamaba la atención era la marca de las fundas de los instrumentos, tan pijas como ellos.
Malena.- Tanto como tú le sacas a tus historias. Es un placer pasarse por tu blog.
sqa.- Bienvenido a mi blog y confío volver a contar con tu presencia.
Adiví, una aclaración a tu respuesta... de momento, soy hombre... jajaja
ResponderEliminarAbrazos!
Buena puntualización. Anotado.
ResponderEliminarBlogsaludos
Adivín, esta es la última de las versiones que he leído de la misma fotografía, y ya van unas cuantas, y me ha parecido la más divertida de todas. ¿Tendrá algo que ver con tu forma de ver la vida? Un abrazo.
ResponderEliminarYo creo que es la coña marinera que tenemos los del norte. Si no me equivoco tú también sabes bastante de ello.
ResponderEliminarBlogsaludos
Muya ajustado el micro a la imagen, es el ambiente perfecto para tu historia. Pero no le veo el punto divertido que dice Pedro, al contrario, la angustia de ser descubiertos te va atrapando cada vez más hacia el final del relato.
ResponderEliminarHola Puri, me encanta que al leer mis micros se puedan ver aspectos distintos que hay en él. La libertad del lector deja al autor en un segundo plano (o tercero, o cuarto,...).
ResponderEliminarBlogsaludos