A la semana me volvió a tocar guardia. El teléfono sonó incesante. La voz habló repetida. Afirmó que éramos unos dejados, que no nos habíamos preocupado lo más mínimo del psicópata. Le recordé que no había dejado ninguna dirección y así difilmente lo íbamos a coger. La dio y colgó.
Empezamos la investigación. Se trataba de un hombre de pelo lacio y castaño. Su cara denotaba cansancio. Sin embargo, sólo se le veía salir a la compra por las mañanas y volver a encerrarse en la casa. Después de hacer el seguimiento, el hombre casaba con la forma de actuar de un psicópata. Pereparamos un combinado de policía local y nacional, en sus medidas justas para que no chocáramos e hiciéramos mucho ruído. Entramos por el tejado, el portal y el club nocturno. La puerta cayó. El hombre salió esposado. Los gatos no dejaban de maullar. Pedían leche y su amo no estaba para alimentarlos. Cuando montamos un operativo, no nos andamos con chiquitas. Con un poco de suerte el hombre sólo saldría acusado de pederasta. Por supuesto que era de gatos, pero pederasta. Minudanzas.
Ilustrador: Miguel Jiménez
Extrañas historias salen de tu pluma amigo dejan lugar a la reflexión,un abrazo.
ResponderEliminar¿Un hombre de pelo lacio, castaño, viviendo con gatos? Podría ser hasta yo mismo. Por si acaso intentaré disimular mis rarezas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Saludos.
Querido adivín has pasado de la mínima expresió a la expresión extensa y con ciertos rasgos surrealistas. Desde luego esta extraña pederastia me ha dejado de piedra. Un abrazo.
ResponderEliminarQué locura de mundo! Pobres solitarios y pobres gatitos.
ResponderEliminarEl "combinado de policía local y nacional" en su justa medida, un peligro :)
Creo que el del pelo lacio tuvoproblemas con el soplón, pobres gatos...
ResponderEliminarAbrazos
Hola Fiaris. Antes de publicar en el blog hay personas que leen mis historias y parece ser que ésta les gustó.
ResponderEliminarBlogsaludos
Hola Rubo. Gracias por tus palabras. No hace falta esconderse. Al lado de tu casa seguro que vive alguien de lo peor. Sino que se lo pregunten a la vecina del 5º.
ResponderEliminarBlogsaludos
Yo creo que ya que habían montado el dispositivo, de algo había que acusarle...
ResponderEliminarMuy bien escrito Adivín, te mete dentro sin pestañear
Abrazos
Hola Maite. Ojala dejara de piedra al pederasta, así no seguiría sus estragos.
ResponderEliminarBlogsaludos
Hola Cartaphilus, bienvenido a este tu blog. La policía jamás nos deja indiferentes, aunque sólo sea por que nunca se les ve cuando hacen falta.
ResponderEliminarBlogsaludos
Hola Canoso. A la hora de soplar, todo vale.
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Hola Anita. El dispositivo se tiene que engrosar con fondos públicos y de alguna manera lo hay que justificar. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarBlogsaludos
Pobres gatos... ¿quien los cuidará ahora?
ResponderEliminarMuy bueno el relato, como siempre.
Besitos de jengibre.
Ay, me has sorprendido tanto que ni sé que decirte. Tal vez la imagen de los gatitos me ha dejado sin palabras...
ResponderEliminarUn gran abrazo, adivín.
Hola Jengibre. La realidad araña igual que un gato, sólo la policía es capaz de romper esa realidad.
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Hola Chula. Espero que la próxima vez la sorpresa me escriba una entrada en tu blog. Te aseguro que me lo pasaré fenomenal.
ResponderEliminarBlogsaludos