25/10/10

LIENZO ESCRITO

RECATO DIVINO




Su fama de casquivana le persiguía por todos los vericuetos del matrimonio. Su marido compró aquel plumífero para que la vigilara. Nada más que se acercaba a la casa en busca de su mujer, el loro repetía sin cesar las últimas palabras del amante de turno. Por mucho que ella se pusiera a hacer encaje de bolillos, a tricotar o a hacer ensaimadas, el muy cuco le retiraba su soldada, le llevaba a la casa del pueblo unos días y le regañaba.

Pasados dos años, el loro dejó de recitar las palabras licenciosas a las que tenía a todo el mundo acostumbrado. Nada más que significaba una cosa, su mujer se había recatado y comenzaba a ir por buen camino. Se hizo de misa diaria. Por las tardes iba a la sacristía a coser ropa y a planchar para los pobres. Entró como miembro de honor de adoración nocturna y, después de dejarle la cena preparada para su marido, marchaba a tan sacra misión.

En señal de confianza, el marido se deshizo del loro y le compró un collar de diamantes. Sin embargo, ella comenzó a adelgazar y a encerrarse en casa. Su marido le preguntó:

-¿Qué te pasa cariño?

Ella callaba y escuchaba. A lo lejos se oía la voz de la lorita del convento diciéndole:

-Si no vuelve mi loro del alma, tú no rezas con todo dios.


Ilustrado: Miguel Jiménez

22 comentarios:

  1. jajjjajajaja
    Me sacaste unas risas con el micro de hoy. Y no era especialmente fácil.

    Un saludo indio

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  2. Jajajajaja!! Y parecía tonta la muchacha!

    Muy bien hecho, con hombres como ese, ¿Quién no desea un lorito que rece nuestros amantes?

    Un abrazo!!

    Manu UC.

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  3. Es la mejor manera de deshacerte del enemigo, aliándote a él, así loro y lorita, dejaban camino libre, vaya, vaya.
    Un abrazo!!

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  4. jajajajajajaja... Pobre lorita, se le terminó la diversión...
    Pero creo sinceramente que el marido se lo merecía, si en lugar de vigilar a su esposa, hubiera sido más cariñoso con ella, más atento a sus "necesidades" no tendría que buscar fuera lo que no encontraba en su casa...

    Muy bueno tu micro. Un placer leerte.

    Besitos de jengibre y buena semana.

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  5. Muy bueno, me acuerdas a los famosos cuentos del Decameron. Un abrazo.

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  6. Muy ingenioso jeje dale al vigilante algo que le distraiga :-)

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  7. Jeje, ya decía yo que era tan fácil eso de volverse recatada!
    Muy bueno, Adivín!

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  8. Unamos tu risa a mis palabras me hiciste sonreir genial!!!!!!!!!! besos desde este lado de la luna

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  9. Hola Indio. Me gusta que te hayas reído. Esa fue otra faceta mía que igual resucito de vez en cuando.

    Blogsaludos

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  10. Hola Su. Hoy recibo una dosis de risa. A veces es bueno.

    Blogsaludos

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  11. Hola rubo. Es que los asturianos somos graciosos. ¿O no?

    Blogsaludos

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  12. Hola Manu. Es que el loro se las trae.

    Blogsaludos

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  13. Hola Maite. Aunque a veces lo dejas a un lado y sigues tu camino. Ya sabes: ¡Al enemigo, ni agua!

    Blogsaludos

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  14. Hola Jengibre. Bueno, su mujer tampoco era un dechado de entrega. Entrega a él, me refiero.

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  15. Hola Hectór. Gracias por tus buenos ojos. Espero algún día acercarme al Decameron.

    Blogsaludos

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  16. Hola Cybrghost. Aunque después de darle, nos lo han quitado. Nos la armaron.

    Blogsaludos

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  17. Hola Recomenzar. Gracias por tus palabras y bienvenida a mi blog.

    Blogsaludos

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  18. Me faltabas tú, Virginia. ¡Vaya fallo! Con las ansias que tengo de leerte otro micro de los tuyos. Espero que sea pronto.

    Blogsaludos

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  19. Cuan engañado estaba el marido ja ja ja ja

    Blogsaludos

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  20. Hola Canoso. Por desgracia este es un mundo de engaños.

    Blogsaludos

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