PATRICIA NASELLO
Nel Morán, dueño de casa por todos conocido y
querido como Adivín Serafín, tiene la generosidad de seleccionarme, por segunda
vez, para su sección ‘Microinvitados’. En esta oportunidad la invitación me ha
llegado con un requerimiento que me llena de orgullo pues, a mí que siempre me presento como
‘narradora’, me hace sentir ‘escritora’. A quién sino a un e s c r i t o r a se
le pregunta cuáles son sus hábitos al momento de escribir?
Qué linda pregunta! Qué bien sabe!
Sintiéndome tan ancha y alta como las sierras
que rodean a mi Córdoba natal, respondo.
Nunca escribo a mano, ni siquiera el esbozo
de una idea. Tampoco, jamás, directamente en la bitácora sino en un archivo de
Word. Luego de haber corregido maniáticamente doy un último toque al momento de
editarlo. Y continúo. No es extraño que los últimos lectores que me hacen el
honor de acercarse a mis escritos, lean una versión acicalada en cambios,
ligeros por cierto, respecto de la que
leyeron los primeros.
Para sentarme frente a la pantalla necesito
tener el desarrollo de la trama y a cuál
remate quiero llegar. Una vez sé qué deseo narrar, busco la frase de inicio, le
doy mil y una vueltas hasta estar segura. Entonces, recién, ‘prendo la compu’
como decimos en mi país.
Trabajar para el Concurso ImaginArte
Minifcciones en Cadena (recomienza en enero, están todos invitados) me resultó
particularmente difícil, el hecho de que se me imponga una primera frase
representa para mí una gran dificultad.
En la otra cara de la moneda puedo decir que
siento un agrado particular al escribir a partir de una imagen. El hecho de
tener que esforzarme para adaptar una idea previa a ella, usualmente enriquece
mis textos. ‘Espíritu de grandeza’ surgió de esa manera: sobre un fondo
amarillo se veía un lápiz labial junto a la figura de un insecto. En este caso
además, lo cual no suelo hacer, el título, creo, aclara o completa el texto. Espero disfruten el micro que aquí dejo a vuestro cuidado.
Gracias, Nel, por otorgarme este lugar de privilegio.
Abrazos, compañeros
Patricia
Espíritu
de grandeza
Ella estira una toalla sobre la arena y se
acuesta encima, boca abajo, los brazos flexionados hacia adelante, el mentón
sobre las manos entrecruzadas. El calor del sol la obliga a entornar los ojos,
a través de las pestañas ve al insecto. Su antigua fobia la paraliza.
—Una araña —susurra aterrada.
El escarabajo, bicho inocuo, oye y ataca.
La encuentran muerta sus sobrinos dos horas
más tarde. El labio inferior extrañamente tumefacto, enrojecido.
SARA LEW.
En primer lugar me gustaría agradecer a Nel por invitarme a su casa. Me ha sorprendido gratamente tener la oportunidad de compartir con vosotros mis "métodos" de trabajo.
No me considero escritora ni tampoco ilustradora. Solo intento expresarme y aprender a hacerlo mejor cada día.
Como digo en la presentación de mi blog: "La escritura y el dibujo se acompañan, son parte de un mismo proceso creativo. Una palabra inspira a la siguiente, como un trazo inspira al otro".
Y así es que, por lo general, cuando escribo surge la primera frase sin idea ni intención anterior, y desde allí el texto se va hilando hasta llegar al final. Muchas veces llego a un punto y lo dejo reposar. Y mientras realizo mis tareas cotidianas, o mientras duermo, se va perfilando la conclusión. Una vez terminado me gusta corregirlo y leerlo en voz alta para encontrar su ritmo y entonación.
Mis dibujos suelen ser la prolongación de una línea, surgen espontaneamente y sin pensar. Utilizo mucho rotring o pinceles sin boceto previo porque no me gusta borrar (la razón la encontraréis en el relato que viene a continuación :-)
La unión entre micro e ilustración varía. Unas veces realizo un dibujo y me inspiro en él para escribir. Otras surge el texto y luego la ilustración. O puede suceder que escriba las primeras líneas, a continuación comience el dibujo, y sea éste quién me sugiera el final del cuento.
Este microrrelato, "El cazador", surgió a raiz de la palabra "goma" que me propuso alguien como inspiración. Comencé a teclear las primeras líneas sin saber cuando aparecería la "goma" en el texto hasta que llegué al final. Fue entonces cuando se me ocurrió el título. El dibujo vino después.
EL CAZADOR
Mis ojos nacen en un paisaje virgen. Mi rostro toma forma junto con mis sentidos adormecidos. Descubro mis manos para percibir que sostengo en ellas un objeto. Me yergo estrenando la tierra con mis botas. Se esbozan los árboles que me protegen del sol que acaba de salir. Entonces mis sentidos se agudizan, percibo inquietud. Una sombra de inseguridad se proyecta sobre mí, se acerca, me toca y frota sobre mi cuerpo su intenso olor a goma; pero antes de que me borre totalmente del paisaje, recuerdo que el objeto que tengo entre mis manos es un arma.
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