Un domingo más dirigió sus pasos para el confesionario. No
sabía muy bien porque lo hacía, nada más se confesaban las beatas y siempre
tenían los mismos pecados. Empezó su tormento.
-Ave María purísima.
-Sin pecado concebida.
-Hace tanto que no me confieso que no me acuerdo cuando fue
la última vez.
Gritó estupro, salió de la iglesia y no volvió nunca jamás.
Las miradas aún se hacen cruces.
.
Me ha encantado, pobre cura, por fin se ha librado de la mentira. Seguro que casi ha lentando el vuelo después de quitarse todo ese peso de encima. Un saludo.
ResponderEliminarEso sí que es soltar peso... Me ha encantado la última frase, esas miradas que se persignan en silencio.
ResponderEliminarAbrazos.
Se quedó a gusto, ¿eh?...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Todo lo oculto alguna vez sale a la luz. Siempre para bien, los secretos se pudren tanto tiempo escondidos...
ResponderEliminarUn abrazo, Adivín
Puede que hoy no esté en uno de mis días más lúcidos, Adivín, pero si mi interpretación de tu historia difiere de las intenciones del autor, tampoco tienes porqué decírmelo. Así que ahí voy.
ResponderEliminarMe gusta la imagen que me queda de un cura que sale por la puerta de la iglesia para no volver, lanzando al aire una acusasión tan grave sobre la beata que queda en el confesionario y que habrá de enfrentarse a las miradas de las demás que esperan.
Más, si como creo, la acusación es falsa.
He disfrutado, sí señor.
Un abrazo,
(Hoy tengo una incompatibilidad con blogger, que aun no he resuelto, por eso voy de semiincognito)
Vaya con el clero ;) Abrazos
ResponderEliminarAmen.
ResponderEliminarUn abrazo
No es recomendable tener conciencia para hacer cierto tipo de cosas.
ResponderEliminarSaludos, Adivín.
La frase final me encanta.
Descansaico, eso es quedarse descansaico...
ResponderEliminarSaludos
Un domingo en el dijo basta de guardar secretos.
ResponderEliminarSaludo enorme, buenas noches.
No me queda muy claro quien es el que se confiesa, supongo que es el propio confesor. No le he entendido del todo, problema mío, seguro. Me encantó las miradas aún se hacen cruces
ResponderEliminarLos pecados alguna vez se descubren, jajja. me encanto "las miradas qun se hacen cruces" genial. Un abrazo
ResponderEliminarNO me queda muy claro, pero pienso que es el confesor.
ResponderEliminarEsas miradas que aún se hace cruces es muy visual esa frase.
Besitos
Gran efecto de shock se llevó el cura.
ResponderEliminarLa culpa le pesaba demasiado.
ResponderEliminarBuen micro, Nel.
Abrazos.
El estupro debe hacer correr hasta al agua estancada...
ResponderEliminarun abrazo
Confieso que me ha gustado
ResponderEliminarConfieso que hace demasiado que no me confieso.. confieso que me confesaba por pura obligación.. confieso que este cura ya les tenia ganas.. y se largó... desprendiendose de tanta beata y tanto pecado concebido...
ResponderEliminary se les acabó la tonteria de la confesión...
Besos aconfesionales... desde el mediterráneo.
Me ha gustado, pero veo un poco confuso ese "Gritó estupro"
ResponderEliminarUn abrazo
Es un micro un poco cabrón: el lector, con su libertad para leer, tiene varias interpretaciones, así que ya sabéis, no os he contestado antes porque esperaba ver cuál era la vuestra. Si no sé cómo no me matáis.
ResponderEliminarBlogsaludos
Confesarse siempre fue un riesgo y una odiosa tarea para un cura que casi nunca escucha pecados interesantes.
ResponderEliminarCosas de internet me ha ntraido a tu casa y me quedo por aquí para leerte más.
Un abrazo.
Invitado quedas mi blog y quédate si algo te gusta.
http://montesinadas.blogspot.com.es/