Hoy, como todos los fines de semana, me ha dado veinte euros
mi abuela. Apenas abandono su casa, enfilo para el quiosco en busca de sus
glotonas chucherías. Desde hace mucho que me está rondando la idea, pero hoy va
a ser el día en que la voy a llevar a cabo. A Avelino, el quiosquero, al
servirle a un cliente una revista de esas que tiene en la parte de adentro, le
arrebato un chicle de fresa y me lo meto en el bolsillo. Al llegar mi turno, le
pido con mucha prisa unos caramelos y algunas gominolas, pago sin apenas
mirarlo y salgo corriendo. Él se debe de coscar de mi jugada e intenta
pillarme.
-Alfonso, vuelve en seguida.
Huyo como alma que lleva el diablo. Aquel hombre debe de ser
adivino, porque cámaras de vigilancia no tiene; vamos, no tiene ni frigoríficas.
El caso es que en casa lo conocen y lo tiene fácil para engancharme. ¡Vaya
ladrón de pacotilla que estoy hecho! Aunque intento esconderme, mi madre me ve
y me dice:
-¿Ya estamos gastando la paga de abuelita? ¿Cuánto te queda?
Seguro que ni ún céntimo.
-Anda la osa, la vuelta.
La única adivina aquí es mi madre.
.
Qué gusto leerte de nuevo, Nel, un relato inocente y divertido este que nos traes hoy. Besos!
ResponderEliminarHace tiempo que no alimentabas el blog. Una historia muy fresca y totalmente verídica. No se porqué algunas madres no emplean de videntes. Un saludo.
ResponderEliminarBienvenido de nuevo Adivín!!! Un tierno relato para empezar el día.
ResponderEliminarBesos desde el día
Felicidades por tu bonito,relato a quién no se le pasó por la cabeza ahorrarse el dinero con una pillería de esas.Un fuerte abrazo
ResponderEliminarBienvenido!!!!!
ResponderEliminarUn micro precioso, que deja una sonrisa y una cierta inquietud que...
Un abrazo y la alegría del reencuentro
Al fin volviste!!, muy bienvenido.
ResponderEliminarQué tendrá eso del llevarse la dulcería sin pagar. Y qué gran verdad de que las madres lo saben todo. Me he acordado de un día en el que yo...ejem.
Un abrazo!!
Pues caro le sale el chicle :-).
ResponderEliminarMe alegro de leerte de vuelta.
Encantada de "verte" de nuevo.
ResponderEliminarLas madres a parte de niños, engendran poderes...
Saludos de vuelta.
Adivín, que bueno volverte a leer, espero que todo vaya bien. Cuando somos pequeños pensamos que los mayores tienen un sexto sentido para coscar nuestras travesuras, pero el paso del tiempo nos demuestra que no es así. Bueno, las madres un poco adivinas sí son.
ResponderEliminarUn abrazo.
Micro tierno y desenfadado, muestra de la pillería de un niño. Si queda ahí todo bien, aunque habrá que enseñarle que hay cosas que no se hacen, no vaya a ser que de mayor...
ResponderEliminarUn saludo indio Nel
Una grata sorpresa verte de nuevo por la blogosfera, amigo mío.
ResponderEliminarNadie como una madre para 'adivinar' lo que les ocurre a sus hijitos. Al fin y al cabo, ella es quien mejor nos conoce.
Me ha encantado este micro :-)
Un abrazo.
Un relato fresco y divertido. Una alegría leerte de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Contenta de leerte de nuevo y además con este micro tan divertido y tierno, ¡ah! esas madres ...
ResponderEliminarBesitos
Será por eso que dicen que, madre hay una sola...
ResponderEliminarQue lindo encontrarte nuevamente. Saludo enorme. Que tengas buena semana.
Que bueno leerte nuevamente!!!!
ResponderEliminarabrazote.
Estupenda sorpresa poder volver a leerte, y más en un escenario tan de nuestra infancia, con el quiosco de las chuches de toda la vida y esas pequeñas trampas tan inocentes... Hay que ver qué magia tienes para trasladarnos en un instante.
ResponderEliminarAbrazos.
Tu vuelta me sabe tan dulce como esas gominolas del kiosko. Bienvenido, se te echaba de menos de corazón. Besos.
ResponderEliminarQue gustazo volver a verte!
ResponderEliminarNo sabes que ilusión me ha hecho tu regreso, y además tan dulce y travieso...
Me has hecho sonreir...
Y es que las madres saben mas que nadie de muchas cosas...
Besos de bienvenida... desde el mediterráneo.
PD: he estado unos dias en huelga de brazos caidos...(espero me perdonen todos) me vi de repente totalmente desbordada y puse el cierre.. pero ya he vuelto...
Para golosinas las que nos regalas con tu regreso. Espero que todo te vaya mejor. Y el relato: Es lo que pasa con la buena gente, y los niños lo son hasta que se malean en las escuelas (jeje), que se les nota en el rostro el nerviosismo. Y las madres, ministras de economía, nos conocen como si nos hubieran parido. ¡Qué recuerdos!, cuando no todo estaba al alcance de los niños.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA mí siempre me pillaban la mentira, y también era por las dotes de adivina de mi madre. ¡Es que se las sabía todas!
ResponderEliminarAbrazos
Mi querido Nel:
ResponderEliminarEs enorme el placer de reencontrarte en casa y de disfrutar de este momento de ternura que nos regalas con este micro. Me has hecho sonreír. De pequeño distraje -vaya eufemismo- una (¡Una!) canica de una tienda y después de haberme amenazado con un hacha con que me cortaría la manos, mi madre me llevó a devolverla y pedir perdón. Ese día se acabaron mis correrías.
Un abrazo y me alegro que todo haya ido bien en el viaje de vuelta.
¡Qué placer esas golosinas robadas y administrar los centavos de la abuela!
ResponderEliminarQue gusto leerte nuevamente, me has hecho sonreir...
ResponderEliminarYo nunca tuve esa osadia y sensación...pero si me has hecho re
ResponderEliminarcordar que mis amigas y yo soliamos comprar a Carmen la caramelera , diciendo si nos vendia adelantado y lo pagabamos con la paga del domingo!!!!! y por supuesto nos fiaba era manca y los hijos los tenia en la misericordia, era una mujer entrañable....
El final de tu relato es fantástico!!!!! Un sdaludo cariñoso de Begoña
Gracias amigos, poder contar con vosotros es el auténtico caramelo.
ResponderEliminarBlogsaludos
je je muy bueno, a veces nuestra conciencia es nuestro peor enemigo.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias Canoso por tus palabras.
ResponderEliminarBlogsaludos
Esas diabluras de niño se hacen más por aventura que por el beneficio que se pueda sacar.
ResponderEliminar¡¡Nada como una mala conciencia!!! Bueno, eso y que las madres son mejores que la CIA y el Mossad juntas...
ResponderEliminarMuy divertido.
Besitos de jengibre.