3/6/10
IMPOTENCIA
Lloro de impotencia. Impotencia porque las normas sociales estén así en mi país. Impotencia porque mi padre haya muerto cuando yo apenas he cumplido los treinta y seis años. Impotencia porque no me ha dado tiempo a despedirme de mis compañeros de francachelas. He vestido mi traje negro, he ido al cementerio y he visto como han enterrado al egoísta de mi padre. Ahora me voy a dormir. Mañana tendré que sustituir a mi padre en el trabajo. Así está establecido. Su despacho será mi despacho. Su ordenador será mi ordenador. Su secretaria será… Mejor que me vaya a dormir. Mañana me tendré que levantar temprano.
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Sin darle tiempo a velar a sus difuntos,
ResponderEliminarahora tiene que mantener a la familia...
Qué difícil eso de continuar seindo tu padre cuando este ha fallecido, sin permitirse ser quien eres, con la imposición de tener el deber de continuar un camino que no es el tuyo.
ResponderEliminarMe gusto
Un saludo Serafín!
Heredaras mi siembra, una lastima no poder hacer uno camino.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también lloraría por esas reglas del juego que nadie se atreve a romper....
ResponderEliminarHola Canoso, los va a mantener pero gustoso. La vida es lo que tiene, los vicios se heredan.
ResponderEliminarBlogsaludos
Hola Anonima Mente, sí, la vida es dura. Seguro que a su padre le ha ocurrido lo mismo. Así todo, a los niños ricos les va el sacrificio con cierto placer y después de correrse sus juergas.
ResponderEliminarBlogsaludos
TR, la espiguita está en el mismo sitio que la de su padre, pero seguro que encontrará otras nuevas.
ResponderEliminarBlogsaludos
Virginia, las reglas del juego nos las ponen antes de nacer, per algunos tienen suerte y las pueden variar, mientras que a otros se las suelen empeorar. Al protagonista le va a sonreir la vida.
ResponderEliminarBlogsaludos
Las cosas se ven mejor al día siguiente... si se consigue dormir.
ResponderEliminarSaludos.
Jesús, duerme, procuraré hacer el menos ruido posible.
ResponderEliminarBlogsaludos
Bienvenida, Llonxana, qué t'afayes.
ResponderEliminarEsta es tu casa, ponte cómoda y duerme todo lo que quieras.
Blogsaludos
Hola Adivín.
ResponderEliminarMucho quejarse, pero no hace nada por cambiar su destino. No me da ninguna pena...
Besitos de jengibre.
Su destino te lo puedo contar ahora Jengibre, mañana mismo va a conocer a la secretaria de su padre y se acabó el desconsuelo.
ResponderEliminarBlogsaludos