Mi yayo Alejandro
José se había enterado de mi ronda por las pistas de esquí de Suíza y se había mosqueado
mucho por no haberle avisado a tiempo. Sacó una mochila de la alacena
polvorienta de la mansarda principal de la mansión y me la cedió junto a su negro
lacayo. Mencionó que un íntimo suyo se acercaría a mi supermegahotel de Zurich para
retirar aquella monísima y encantadora mochila Chanel de mi yaya Mercedes
Augusta.
He estado meditando en el desierto pues me había mareado al volver a publicar en el blog. A veces es bueno pensar las cosas y luego ir a ellas con todas las consecuencias. Ahora ya no es improvisación, sé lo que quiero y me presento muy contento ante vosotros. Una nueva etapa se abre ante mi y espero no defraudaros. Lo primero, no soy más Adivín Serafín, a partir de ahora me presento ante todos vosotros con mi nombre de escritor: Nel Morán. Lo segundo, ya lo iréis viendo...
También quiero haceros llegar un libro electrónico de un amigo: Jesús Contreras. Muchos de vosotros lo conoceréis por su blog Intitulado que hace algún tiempo publicaba y del que todavía tengo mono. Es un libro de 101 microrrelatos que se dejan querer. Su estilo sigue siendo muy suyo: lo definiría como un surrealismo muy realista, una dualidad que solo él es capaz de hacer. Si lo quereis conseguir lo podéis hacer en http://www.amazon.es/
Ya estoy preparando otro micro...
.
Nel, un placer encontrarte con fuerzas retomadas.
ResponderEliminarNos leemos!
Un saludo de...
Yo todavía no sé si soy Puck o Mar o una simple rana entre letras.
bsts
Hola Pucks, para mi eres rana y eres mar, y sobre todo eres escritora. Besos.
EliminarQuerido Nel, no me preguntes por qué lo sabía, pero de alguna manera intuía que tu nombre real vendría a ocupar su sitio correspondiente; el caso es que hace tiempo que dejé de llamarte Adivín :-)
ResponderEliminarMe alegro de verte, amigo.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores, es bueno renovarse y volver con fuerza, con ganas. Lo de cambiar el nombre, es muy tuyo, en mi caso el nombre con el que me presento es mi nombre real, pero cada uno sabe lo que hace y por qué lo hace.
ResponderEliminarSea como fuere, buen relato y que vengan más.
Un abrazo.
HD
El relato es mega fashion,empezando por el lacayo negro que me dejó con los ojos bien abiertos, :)
ResponderEliminarNel, te deseo una nueva etapa fructífera y agradable.
Bicos.
Hola, Nel. Encantada de leerte de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bien NEL. En el mundo de la fantasía podemos inventarnos nombres al igual que relatos.
ResponderEliminarEs parte de ser creativo.
Lo importante es avanzar cada quien en su propio proceso; algo nada fácil; como la vida misma que debemos atravesar en nuestras propias biografías. Muchas de éstas resultando en su realidad tan inverosímiles, que preferimos publicar ficción para no ser tomados por mitómanos.
Tu relato retrata a un personaje de billete con mala crianza.
Un tanto estereotipado, ya que los reales poseen múltiples variantes.
Te seguimos leyendo conocedores de que tu imaginación rebasa límites extremos.
Hola Nel,
ResponderEliminarqué interesante, con un nombre casi como el mío...
Me apunto para seguir tu andadura literaria.
Un abrazo
Pues adiós al querido Adivin y bienvenido al real Nel. Curioso el comentario de Mei, ultimamente, que tengo problemas de visión, ya me había confundido, jaja, me costó darme cuenta de que era Nel y no Mei, disculpas si en algún momento he dicho algo impropio. Espero que no.
ResponderEliminarAbrazos Nel, me alegra tu vuelta con más fuerza.
Encantada de saludarte, Nel
ResponderEliminarComo bien te dicen por allí arriba, también yo, sabía que llegaría el día de hoy: el día de saludarte por tu nombre.
Mis mejore augurios para esta nueva etapa!
Muy bueno, Nel! Me gustan estas historias pseudo fashion con ese tono de hilarante ironía.
ResponderEliminarEn mi caso, no te conozco hace mucho, pero alguien una vez te llamó Nel y desde ese momento por lo menos para mí, fuiste Nel.
Enhorabuena por los cambios y por las certezas que has amasado.
Saludos cordiales!
Buenas noches Nel, a mí me gustaba tu espacio de Adivín Serafín ¿no le echarás de menos?. Espero que tu nueva andadura sea tan provechosa como la anterior y que el yayo no se te cuele en todos los micros, jaja, porque aunque me ha hecho reir y me he sentido a gusto leyéndote...a mí esa "clase" de gente no me va. Ya sabes...soy de las que tiene "padre" no "papuchis".
ResponderEliminarBesos Nel y un fuerte abrazo.
En mi blog, acabo de contestarte sobre los "maestros". ¡Nos leemos!.
Seas Adivín o Nel, eres inconfundible.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Hola MJ, estaba ya cansado del Adivín, me gusta pero me gusta más mi nombre. ¿Te digo un secreto? Mi nombre es Nel Ricardo Álvarez Morán, pero he suprimido la parte de mi padre Ricardo Álvarez por razones de abandono por su parte.
ResponderEliminarHola Humberto, gracias por tu visita, procuraré por lo menos no defraudar.
ResponderEliminarHola Ohma, este micro y el siguiente me apeteció trabajar la forma de contar de personajes distintos. Sus historias quedan como en un segundo lugar.
ResponderEliminarHola Sara, el gusto es mío por leerte y que me leas.
ResponderEliminarHola Carlos, sí que es un estereotipo mi personaje, y con el que publicaré el lunes cierro este minicírculo donde quise experimentar más con el habla de ellos.
ResponderEliminarHola Mei escantado por tu visita y espero que no sea la última.
ResponderEliminarHola Yashira, me puedes llamar como quieras lo importante es que sigamos leyéndonos.
ResponderEliminarHola Patricia, hace tiempo que mi nombre no era un secreto para ti, como no son las letras que escribes.
ResponderEliminarHola Bee, estos son personajes tan vacíos que puedes llenar páginas con ellos. Es lo bueno y contradictorio.
ResponderEliminarHola Laura, seguro que lo echaré en falta pero el gustazo de seguir para adelante no me cortara.
ResponderEliminarHola Rosa, tú también eres inconfundible. Cada vez que apareces por casa se alegran los comentarios.
ResponderEliminarGracias a los 12 y a todos los que no han dejado comentarios y has pasado por esta bitácora. Siempre digo que un autor pierde a sus personajes en el momento que los publica. El lector se convierte en su dueño, moldeandolo y reinterpretando la historia.
ResponderEliminarA todos un saludo y alegría que es lo que les jode a los ricos.
Ay Nel... de Adivin solo echaré de menos el nombre ( yo le tenia un cariño especial)...sin embargo, lo importante, la esencia, el escritor sigue aquí, así que bienvenido de nuevo Nel.
ResponderEliminarMe ha encantado el relato que te has sacado de la superchachi manga... anda que te has quedado a gusto.
La verdad es que me ha hecho sonreir.
Deseando estoy ver todas esas novedades que nos tienes preparadas. No me cabe duda que tendrán la calidad a la que nos tienes acostumbrados.
Gracias por estar... a pesar de mi ausencia demasiado prolongada diría yo... os eché mucho de menos.
A ver si soy capaz de retomar a la insurrecta y la pongo en vereda.
Besitos.. desde la también mediterránea Tarragona.
Hola Rebeca, espero que sigas con fuerza y ánimo tu publicación. Yo intentaré lo mismo con la mía. De ese Mediterraneo tranquilo a este Cantábrico agitado gracias por tu visita. Recibe olas de besos.
ResponderEliminarTanto estiramiento me ha dejado con el cuello un tanto contracturado. Es lo que pasa cuando intento tomar el papel principal de lo que leo. Muy bien. Yo que ya te conozco por lo dos nombres, que tomes uno u otro, me parece significante para ti por la razón que sea, así que también lo será para mi. Yo sin embargo, mantengo la distancia entre mi seudónimo y mi nombre real. O quizá mi seudónimo simplemente trata de acercarse más a mi que el nombre que me pusieron. Yo así lo creo, no se si sería capaz de escribir igual con otro apelativo. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Nel. Todo cambio requiere un peinado. Decirte que la mochila supermega de la abuela la tenemos aquí, en mi barrio, en el mercadillo. Supongo que el lenguaje está bien logrado pero es que estoy tan lejos de esa gente. Pues lo dicho, la vuelta al cole, a hacer redacciones.
ResponderEliminarHola Citizen_0, espero que la tortículis te pase pronto. Podía seguir siendo Adivín pero mi persona empezaba a no sentirse a gusto con él. Hoy en día no me niego ningún capricho y llegó esa decisión.
ResponderEliminarSigo diciendo que me gustaría poder seguir leyéndote pero ese es mi deseo.
Saludos
Hola Ximens, me imagino que la cantidad de redacciones que les mandé a mis alumnos me están pasando factura. Es lo que tiene ser maestro de lenguas: asturiano, castellano e inglés. Esta última fue la que más ejercí y donde menos redacciones mandé, espero que eso sirva para disminuir la pena.
ResponderEliminarSaludos