Se me
permitirá decir que la vida que llevó este ruin patán que os habla empezó a
torcerse desde bien mocoso. Mi vieja curró para una señoritanga solterona y su sucio
minino, ambos se pavoneaban por entre las casas más lujosas del pueblo mientras
prestaban sus servicios de maldiciones al
parné roñoso. Mi vieja sustrajo de su domicilio aquel muñeco de color
indefinido que tanto servicio me hizo. Tenía en su espalda una faltriquera
donde meter mis secretos que no eran otros que los que afanaba a mis rivales.
Ya se sabe, cosas de mozalbetes.
Con el tiempo,
descubrí el juego que se traían aquella patrona desalmada y su repulsivo
micifuz. Fue entonces cuando empecé a realizar mis pinitos en el difícil arte
de la maldición. La cosa principió lanzando grandes chorradas y acabó enviando pequeños
sufrimientos que mis contrincantes no tenían más remedio que padecer por mi. Resistieron
desde cargas de penas carcelarias infames hasta sorpresas de éxitos financieros
de este tunante su seguro servidor.
Hasta ese día
en el que fui a sacar de su cubil a mi muñeco y no lo encontré. Husmeé por
todos los lados sin ningún resultado venturoso. Comencé a notar que la suerte
se retorcía desfachatada hasta rematar con mi persona en el trullo. Me cayeron trece
años y trece días por apropiación indebida.
Y el caso es
que ayer he sentido como arañazos por todo mi cuerpo.
.
Nel, eres un artista!! Un beso fuerte. Diana
ResponderEliminarEstupendo relato. Uy, al final creo que llegó la venganza.
ResponderEliminarMe gustó mucho Nel. Un abrazo.
El mal que se desea vuelve como boomerang!
ResponderEliminarHabrá que esperar 13 años y 13 días para saber como sigue la historia.
Muy buen relato, amigo!
Buaf qué miedo!! jajaja
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Muy bueno! Me gustá mucho el vocabulario que elegiste para narrar y utilizar la primera persona lo hace más notable aún. Buen trabajo, Nel!
ResponderEliminarSaludos desde Argentina!
El final era de esperar. Me hs gustado mucho tu relato.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Si fueran efectivos los tal muñecos a buen seguro que la mayoría tendríamos uno en casa!
ResponderEliminar:)
Buen relato, Nel.
Bicos.
Hola Diana, la artista eres tú que con tus manos de fisio haces maravillas en mi cuerpo.
ResponderEliminarHola Yashira, siempre es bueno esperar al final, hasta el punto te puede decir.
Hola Patricia, esos 13 se aúnan en el personaje y se le dibuja varios finales macabros.
Hola David, no es bueno reírse de la mala suerte. Con una pequeña carcajada es suficiente.
Hola Bee, la primera persona sería suficiente para hacer notar que son las impresiones del personaje. Tras esas impresiones otros mundos son posibles.
ResponderEliminarHola Fus, ahora leelo con el final improbable, todo puede ocurrir.
Hola Ohma, esos muñecos son tan destroyers como los madelman.
Saludos a todos.
Muy buen micro, Nel.
ResponderEliminarDestaco el tono del narrador, que se ajusta a la perfección.
Gran trabajo.
Un abrazo,
Dicen que quién a hierro mata, a hierro muere. Y a este personaje se le han vuelto las tornas. Me hiciste sonreír y te lo agradezco.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Muy bien, Nel. Que quedo con ese suspense que se crea sobre los arañazos finales. Los gatos y las brujas y su mal de ojos. utilizas un lenguaje muy agradable.
ResponderEliminarQue bueno el final.. Abierto a la imaginación del lector.
ResponderEliminarYa se sabe, quien mal hace... Aunque a veces y según la visión del personaje totalmente justificados, igual se creía un justiciero, hasta que le cambio la suerte.
Me encanta como nos haces meternos en la historia. Todo un arte el tuyo Nel.
Besos mediterráneos.
Gracias Pedro por tu comentario, en breve nos varemos en A Coruña.
ResponderEliminarMe gusta mucho que me digas que te he hecho reír, Rosa. Tu risa vale un potosí.
Hola Ximens, lograremos algún día que las palabras vuelen en escoba y que los verbos arañen nuestras carnes.
Hola Gala, el final nos mete en una historia que el principio nos va tirando como migas de pan. Besos Cantábricos.
Ya se sabe, la magia negra solo funciona con aquellos que creen en ella. Doble filo que dicen. Estupendo, si señor.
ResponderEliminar