Fue todo un honor salir de la escuela de hostelería e ir a
mi primer trabajo en el obrador de Cipriano Azpiricueta, uno de los mejores
reposteros del país, sito en Villapalofrío. Llegar a tan ilustre confitería
tuvo el acicate de sentir una sensación de futuro, de permanencia en mi
dedicación más adorada: dar gusto a los paladares más refinados. Apenas me puse
mi uniforme, él me lo hizo saber:
-Si cumples conmigo, yo cumpliré contigo y te daré trabajo
el tiempo que tú desees. Esfuérzate y te enseñaré todos los secretos del
obrador.
Ahora puedo decir que era un hombre de palabra y que cumplió
con todo lo dicho mi primer día de faena.
Me apremió a realizar cuanto pastel tenía en el catálogo
mientras él comenzaba lo que iba a ser un nuevo rumbo en el negocio: el pastel
personalizado. Las chismosas de Santander hablarían con los clientes,
explorando todos los entresijos de personalidad y sonsacando toda la
información necesaria para que el pastel cumpliera las normas de calidad.
Cipriano partiría de esas notas tomadas por las sicólogas quincalleras y haría
arte gastronómico, llegando a unos límites que nadie había rebasado hasta ese
momento.
-¡Estos cabrones siempre buscando cómo hacerme daño! –gritaba desencajado don Cipriano-. Por hacer no saben hacer nada, pero vete tú a decírselo a esos esnobs que paran en nuestros establecimientos.
Se decidió a realizar una nueva búsqueda en su camino a la gloria y esta vez intentaría que en la pizzería no le pisaran el descubrimiento. Por eso seguí realizando incursiones en el insidioso local de comida rápida para ejercer la labor de espía y asegurarme que no se coscaban de nada. Mi maestro contrató a otro aprendiz y a mí me ascendió en el escalafón. Comencé a preparar los pasteles personalizados con él, quitándole mucho trabajo y ganando tiempo para que estudiara en sus libros que yo tildaba de alquimia. La vida se tranquilizó poco a poco y Cipriano desapareció por algún tiempo. En la pizzería lanzaron la pizza personalizada de grupo que tuvo un éxito descomunal. Solo los más selectos seguían confiando en nuestro negocio y decayó hasta la venta de pasteles normales de catálogo.
Cipriano volvió con ropas muy extrañas y un santón al que llamaba gurú Urjavaha. La confitería empezó a oler a incienso todas las mañanas y el gurú recibía a los clientes para estudiar su karma y diseñar sus necesidades dulzonas para reorientar su vida espiritual. Me fijé que el maestro y el gurú miraban a algunos clientes con caras pesarosas. Al paso de algunos días, aquellas personas dejaban este valle de lágrimas sin que hubiera ninguna sospecha por parte de la autoridad.
El número de finados aumentaba a la velocidad que bajaban
los clientes de la pizzería. La competencia intentó eclipsar a la confitería
trayendo una santera brasileña, pero enseguida se descubrió que era una pobre
chica sacada del descorche local. Don Cipriano empezó a ir a por sus pizzas con el fin de
poder reírse a su cara. Un catarro atroz hizo que rompiera su nueva costumbre y
me enviara de nuevo a mí. Comiéndose un tercer pedazo de tan odiado alimento,
empezó a gritar:
-¡No puede ser! Estos copiones lo volvieron a logr… -y
falleció.
Ninguna autoridad sospechó. Las honras fúnebres fueron
seguidas por infinidad de clientes. Por todos los lugares que pasaba el finado
se regalaban pasteles del buen karma. Las lisonjas fueron muchas y su tumba muy
pequeña.
El trabajo de espía es lo que tiene: empiezas trabajando
para un bando pero el tiempo te transforma, sin querer, en espía doble, al
final te das cuenta que lo mejor es que trabajes solo para ti. La confitería se
cerró a falta de familiares que se hicieran cargo de su maquiavélico negocio. La
pizzería fue decayendo a falta de la información sesgada que el espía les
ofrecía. Don Cipriano había dejado una puerta abierta de par en par que yo traspasé
y probé, desde entonces no tuve intención de cerrarla. Mi persona marchó por el
mundo adelante a practicar mi nueva profesión con la ayuda de las santanderinas
y el gurú.
.
No se puede fiar uno de nadie... Gran relato, Nel. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola, Nel. Se deja leer sin tropiezos y uno como que entra en la historia. Mirá que es un tip empresarial grandote el que dejás picando, la fuente no convencional de información (los chismes que van de abajo hasta la cúpula gerencial) esta vez con el apoyo de un gurú. Fantastic, juassss!!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buena historia, Nel, es imposible dejar de leerla una vez que has comenzado.
ResponderEliminarYo que tú no contaría tan abiertamente eso de los pasteles del buen karma, es una idea que prendería muy rápidamente.
Pido perdón al señor Alcalde por haber venido un día en el que el blog estaba clausurado.
Un abrazo.
HD
jijiji....qué buena historia Nel. A mí esto de los pasteles personalizados y todas las intrigas que has creado alrededor, karmas incluídos, me ha encantado.
ResponderEliminarProcuraré acercarme a Villapalofrío más a menudo porque tus historias lo merecen. :) Eso sí, no el 15 de marzo, que ya he leído que el alcalde lo clausuara temporalmente. Un besazo para Cipriano. Otro para ti.
Esos secretos detrás de las hornadas, ya se veía venir que podían causar revuelo en Villapondrío del Condado.
ResponderEliminarMe ha fascinado el relato en su conjunto. Y es que no quedó ni una migaja de postre alguno. Al señor Alcalde, le podemos hacer trampas y una petición formal para que no clausuren este blog ni un solo día.
Un saludo.
Pues mira a mi con todo este follón me ha dado ganitas, porque los pasteles me pierden. Saludos y gracias por tú visita.
ResponderEliminarPues vaya con el principiante! no me imaginaba que iba a terminar con esas dos sicólogas arpías, cuando le hicieron la vida tan imposible!
ResponderEliminarOtra cosa don Ciprinao comió la pizza y murió, no era el tercer trozo? solo éste estaba ¿envenenado?
Me ha gustado mucho esta aventura, ¡vaya un guión para una peli!.
Un saludo
Se me olvidaba decirte que las fotos son magníficas, pero demasiado incitadoras al pecado... ya sabes a cuáles me refiero...
ResponderEliminarEStupendo relato Mel, me ha gustado mucho venir a leerlo.Nos metes de lleno en el tema de principio a fin, sin poder dejar de leerlo para saber qué sucederá.
ResponderEliminarUn abrazo
Rosa
Al final cayeron los dos bandos y el aprendíz formó una sociedad con las cotorras santanderinas, jaja
ResponderEliminarMe gustan las historias de este pueblo tan peculiar, pero habrá que ir con cuidadín si algún día me decido visitarlo, :)
Joder, y el alcalde debe ser del PP!
Mmmm qué capullo!
Un abrazo, Nel.
Por ser mi primera vez en tu página me gustó tu manera de narrar, veo que tienes humor.
ResponderEliminarSeguiré leyéndote, un abrazo.
jajajajajjaja si que me has tenido muy entretenida con tu relato. Lástima que ahora que vengo a darte la bienvenida en casa y a agradecerte el comentario, te vas de farra, descnaso o trabajo quien sabe a donde.
ResponderEliminarEspeor tu regreso.
Un saludo, Nel
Dido que Espero tu regreso.
ResponderEliminardido que digo y no, no he bebido vodka, simplemente soy de las psi que trabajan en su profesión y estpy supercansada a esta hora. jejeje
ResponderEliminarmuy buen relato, chispea y enciende y es una gran metáfora de muchos casos similares en la vida, es decir que sin usar manos santas ni muertes en el momento indicado; hipócritamente descubren que la fidelidad y el trabajo digno puede emprenderse de muchas formas y no aprovechar lo aprendido para ser un mafioso con cara de ángel
ResponderEliminarme gustó tu relato
saludos de argentina
Curioso lugar Villapalofrío,
ResponderEliminarfisgonearé con tiempo antes de decir nada más.
Tiene muy buena pinta tu blog!!
Una abrazo
Siempre sospeché que hay una lucha sorda entre ambos gremios. Tu narración no hace más que sembrar inquietud cada día que vaya a comprar el pan. Buen relato Mel.
ResponderEliminarSaludos
Llego y me encuentro con esta entrada tan dulce que me dan ganas de quedarme ( si no te importa)
ResponderEliminarEstupendo relato
Saludos
Jeje, Nel. Lo bueno de la escritura es la documentación y sospecho que has engordado con tanto pasteles y pizzas. Al menos eso que te llevas. Y tienes mucha razón (me acuerdo del dueño del corte ingles y del de zara, que empezaron por la base de la ambición).
ResponderEliminarGracias Ramón por tu visita y tus palabras. A mi vuelta del descanso obligado nos seguimos leyendo. Saludos.
ResponderEliminarGracias Silvio, espero poder contar con tus futuras visitas. Este ha sido un ejemplo de gran emprendedor del que contamos con grandes ejemplos hoy en día. Nos vemos a mediados de abril.
Hola Humberto, no creas, he pensado mucho lo de poner una pastelería de diseño, seguro que iba a tener mucha gente chic. Saludos y hasta la vuelta.
Hola Laura, va a ver Villapalofrío por un tubo, tengo por lo menos cuatro relatos escritos y cuatro ideados, además de todos los que vendrán. Estoy muy a gusto escribiendo sobre este peculiar pueblo. Nos vemos el 15 de abril donde vuelvo de mi descanso obligado.
ResponderEliminarHola Albada, encantado con tu visita. No veas como es el alcalde de Villapalofrío, creo que lo vas a poder conocer más hacia mediados de mayo y seguro que en un futuro no muy lejano. A mi vuelta tendré el placer de poder leer un micro-regalo.
Hola Rafa, ten mucho cuidado con que pastel eliges, alguno viene con una sorpresa indigesta. Gracias por tu visita, nos volvemos a leer a mi vuelta del descanso obligado.
Hola Desdemipinar, sí hija mía sí, el pobre don Cipriano murió de una muerte un poco inducida. ¡Qué dura es la vida! Aunque me parece que al aprendiz le tiraban las santanderínas desde un principio. No peques mucho hasta mi vuelta a mediados de abril. El 14 me trae el ALSA y el 15 ya publico y te visito a tu blog. Saludos.
ResponderEliminarHola Rosa, gracias por tu visita y tus palabras. Me siento muy alagado. A mi vuelta reanudaré mis visitas a mis blogs amigos y te rondare. Saludos cordiales.
Hola Ohma, yo que tú tendría cuidado por donde piso en este pueblo. El 15 de abril viene una historia más hilarante todavía y con ciertas connotaciones que en Galicia y Asturies conocemos muy bien. Por cierto, me voy de nuevo a tu A Coruña del alma, me encanta estar en ella. Saludos.
Hola Moli, digamos que soy algo sardónico pero con delicadeza. Gracias por tu visita y volveremos a vernos a mi vuelta a mediados de abril, tengo fichado tu blog. Saludos.
ResponderEliminarHola Myriam, mira que te sentó mal el pastel, hay que comerlos con más cuidado. Cuando te repongas, si es que lo haces, a mediados de abril nos volveremos a leer, tu blog no se me escapa. Saludos.
Hola Mabel, ¡Verdad qué hay mucho ángel suelto con las alas un poco decaídas! La vida es una gran relatista, sólo hay que saber fotografiarla a tiempo. Gracias por tu visita y saludos. Nos volveremos a ver, no lo dudes.
Hola Ishtar, fisgonea todo lo que quieras. Mi blog es un poco el rincón del buhonero donde encuentras un poco de todo. A mediados de abril también volveré a fisgonear tu blog. Saludos.
ResponderEliminarHola Jaal, la competencia entre gremios es brutal, máxime cuando la vida está tan dura. Gracias por tu visita, nos volveremos a ver en abril en nuestros blogs respectivos. Saludos.
Hola MaR-íA, no me importa, sírvete del pastel que quieras, pero ten cuidado, hay algunos que son, digámoslo así, un poco indigestos. Gracias por tu visita y saludos.
Hola Ximens, es un placer recibir tus visitas. Sí que he engordado con los pasteles y pizzas de catálogo, pero cada vez que se iban a un diseño nuevo parece como si se redujeran y aumentara esa ambición que has nombrado. Me vos a ver a Pedro y a la vuelta nos volveremos a leer. Saludos.
ResponderEliminarBueno, me toca descanso para retomar de nuevo la cruda realidad a mediados de abril. Me voy a mi segunda ciudad, me voy desde la maravilla de Xixón a la incomparable A Coruña. Gracias a todos por vuestros comentarios y nos leemos a la vuelta. Cuidaros.
Impresionante relato y desde luego no sabemos lo que comemos.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Hola, acabo de iniciar el proyecto 365: escribir un relato por cada día del año. Si quieres seguirme, mi blog es: http://pepitas-de-oro.blogspot.com.es
ResponderEliminarLlevaba demasiado tiempo sin pasar a leerte y cuando vengo, me encuentro este pastel!!!
ResponderEliminarBlogsaludos y enhorabuena por tan excelente receta.
Pues eso digo yo, que lo que se hace con artimañas, en cualquier momento puede volverse en contra de nosotros, y es que el pastelero… tenía tela. Un relato entretenido e interesante. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Fus por haberte acercado a esta historia y haber compartido tanto pastel. Nos seguimos leyendo.
ResponderEliminarHola Rubén, nada más aterrice de mi descanso me acercaré por tu blog.
Gracias Bardo, no te pierdas la próxima historia, es... mejor no te la revelo. Tu visita ha sido reconfortante.
Gracias Lola por tu comentario, en estos tiempos de tristeza generalizada me siento obligado a haceros por lo menos sonreír un poco.
Gracias a los cuatro por vuestra visita.
Me encanto la historia!!
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