Al acabar el colegio, mi madre, que siempre se le dio bien el
repartir tareas, mandaba a cada hijo a realizar una. A mí, por ser el mayor, me
enviaba a su antiguo trabajo por encontrarse lejos de nuestro barrio de
Villacajón, uno de los más pobres de Villapalofrío. Jacinto, su antiguo jefe
antes de que su negocio fuera a menos por el dichoso supermercado que le
plantaron al lado, me tenía guardado pan y pastelillos hechos en su obrador.
Después de recogerlos, caminaba a toda prisa para ver si los niñatos del
colegio de pago no hubieran salido. Nunca había suerte. Un grupo de ellos,
entre los que se encontraban los nietos de las grandes familias, comenzaban a
insultarme y lanzarme piedras casi seguro recogidas por la mañana, antes de
entrar a clase.
Aquel día no llevaban piedras y eso me mosqueó mucho.
Comenzaron a perseguirme mientras gritaban que tenían hambre, que me iban a
comer los pastelillos y el pan. Corrí desesperado, con el miedo como acicate,
pasando por calles ajenas a mi calaña. De repente, apareció una iglesia muy
puesta, de esas que las mantillas no iban recosidas. Su párroco les gritó por
su nombre a los niños pijos, éstos recularon. Me acogió entre sus brazos y me
acarició.
-No te preocupes hijo mío, todo ha pasado. Entra conmigo a
rezarle a Dios a su casa.
Nunca pensé que rezarle a Dios fuera tan doloroso.
Nos volvemos a ver el 16 de febrero, lunes a las 9 de la mañana, con otra sensación que espero os guste.
El 4 de mayo, después de los dos meses de descanso que me he de tomar, estaré con todos vosotros en otra historia de Villapalofrío que os hará vibrar. Saludos.
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Hola Nel, sacando tiempo del poco que tengo... vengo a tu casa y me encuentro con un buen tema denuncia. ¡Ya me parecía a mí que en Villapalofrio no existieran curas como ese, últimamente tan comunes... !
ResponderEliminarBuen relato, ¡enhorabuena!
Saludos
Hola Rosy, se te echa en falta. Tenía una historia en la que el final no estaba muy claro, pero al ver un programa de televisión dedicado a las víctimas de violación por parte de la iglesia lo tuve claro. La historia estaba esperando por ello, lo necesitaba. Así salió. Saludos.
EliminarNel, conmovedor este relato, que ha estado y está ahí como un iceberg inmovilizando aguas. Me uno a este grito denuncia, para que termine esa lacra de animales, porque no tienen otro nombre.
ResponderEliminarComparto gustosa Nel.
Un abrazo
Hola Carmen, antes de jubilarme por enfermedad estuve 20 años ejerciendo de maestro y he tenido la suerte de vivir al lado de los niños. Por ello, cualquier acto impropio que se haga con ellos me parece de un canalla que es para lo único que no encuentro la palabra perdón. Menos aún cuando se les engaña con la autoridad moral. La iglesia debería de arrodillarse delante de cada niño y, no pedirles perdón, que eso jamás lo tendrán, limpiarles los pies como hizo Jesucristo. Saludos.
EliminarUn conmovedor testimonio.. y muy bien relatado,te atrapa a la primera frase!
ResponderEliminarHola Lunaroja, ha sido el único tema que al final de escribirlo no he sentido satisfacción, es cruel, más aun cuando se sabe que esta basado en una realidad cotidiana. Pero he querido verbalizarlo tras ver un programa de testimonios de niños violados por los piadosos, supuestos. Saludos.
EliminarMi felicitación por este relato tan bien llevado hasta ese sugerido final tan condenable.Eres un buen narrador, pues vas describiendo el acoso infantil, siempre hacia el más débil, pata terminar llevándonos al peor de los acosos que puede sufrir un niño.
ResponderEliminarUn abrazo, Nel. Me ha gustado tu forma de denunciar la pederastia.
Hola Fanny, normalmente suelo hacer críticas más sardónicas pero aquí no me lo ha dado el alma. La pederastia es condenable, el mal trato es odioso sobre todo en los niños, pero encima que lo inflija un llamado siervo de Dios es imperdonable. Saludos.
EliminarDuro relato, puede ser peor caer en manos del rescatador. Muy bueno Nel, una denuncia llena de arte.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola Yashira, a veces los rescatadores son unos lobos peores que las aves de rapiña del mundo. Todavía me duele el recordar cuando lo escribí, no creas que fue fácil. Saludos.
EliminarMe parece buenísimo, y más que claro. No sé qué es lo que uno siente ya, si indignación, asco, o no sé cuál es el sentimiento exacto.
ResponderEliminarDe todas formas me gustaría desde aquí, sin ser religioso ni casi creyente, y el casi más bien sobra, que siempre conviene cuidarse de generalizar porque puede ser tremendamente injusto y malvado. No lo digo por el relato, lo digo por las sensaciones e impresiones que nos pueden dejar a la opinión pública en general el hecho de que se acumulen ciertas noticias de índole parecida.
El relato me parece sencillamente espectacular, enhorabuena Nel porque es buenísimo, y además resulta más que pertinente.
Un abrazo
Hola Geus, pecadores los hay en todas las casas, además que todos tenemos nuestros pecados mayores o menores. Hecha esta aclaración, no quiero bajo ningún punto de vista el condenar a todos los sacerdotes, tengo conocidos que lo son y están muy lejos de ese cliché, pero la iglesia ha sido culpable de haber tapado conscientemente muchas violaciones de niños, haciendo incluso culpables a las víctimas. Mala la violación, pero malo también el apoyo al violador. Hay que ser más sensibles ante estos hechos y la iglesia no lo fue y en algunos casos no lo es. Saludos.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo Nel, siempre he sido muy crítico con ese tema, sólo quería acordarme de las personas que también forman parte de la comunidad y que son tan buenas y tanto bien hacen, más que nada por el hecho de que se ven perjudicados por todo este tema.
EliminarPero sí, estoy de acuerdo contigo, por supuesto.
Hola Nel, ya de por si el sufrimiento de un niño, sea por el motivo que sea y sea en la parte del mundo que sea es tremendamente injusto, es brutal e inhumano
ResponderEliminarY si viene bajo la mano del consuelo de la Iglesia que decir !! como bien dices en una de tus replicas deberían arrodillarse ante cada niño , ungirle y besarle los pies y ni así serian dignos de perdón.
Sé lo que es ese sufrimiento, que compartí con un buen amigo que a sus más de 50 años llora lágrimas de sangre recordando sus tiempos de internado
en fin ..
Un abrazo y feliz semana
Hola MaRía, tuve la desgracia de estudiar en un colegio de curas donde los toques indignos hacia nosotros era bastante generalizado. Esos roces no conllevaron nada, sólo que ahora te acuerdas y te respingas. Pero había chavales que estaban internos y sus caras lo decían todo. De aquella no era consciente pero ahora oigo esos gritos silenciosos, esas miradas mudas, y tengo remordimientos de no haber hecho nada. Al final nos sentimos culpables todos menos ellos. Saludos.
EliminarUn micro muy duro en el que se balancea la pobreza con la miseria moral. Tirar piedras a los perros o los pobres (hoy les queman en los cajeros), y los abusos de quienes nunca deberían cometerlos. Resalto esas mantillas no recosidas.
ResponderEliminarDuro y triste relato que lamentablemente sigue siendo actual.
Sabía yo que mi relato de las vacas cántabras no te iba a contentar, jeje. Pero para pastos, los de los Montes de Toledo, por supuesto, jiji.
EliminarHola Ximens, ha sido duro también escribirlo. A los que formamos parte del mundo de la enseñanza nos duele lo nuestro, como tú bien sabes, y pensamos que nuestro respeto por los chavales es idéntico entre todos, que equivocados.
EliminarNo dudo que en los Montes de Toledo los pastos sean los mejores del mundo, pero en Asturias lo son de la galaxia. A grandones no nos gana nadie, vamos hombre. En serio, felicidades. Saludos.
Eres excelente escritor, te aplaudo con todas mis ganas !soberbio directo al "dolor" de aquel que confía ...algunos uniformes ya se sabe.
ResponderEliminarBesos muchos y fuertes
tRamos
Hola Tramos, lo mejor es coger los problemas sin anestesia, aunque después estemos días con dolores del alma imaginarios, que no nos dejan dormir con tranquilidad. Saludos.
EliminarHuyuy, Nel, me parece que la pedofilia también ha hecho su aparición en Villapalofrío, jeje. Me da que los palos y piedras de llos nenes pijos habrían sido mejor opción.
ResponderEliminarBesines y comparto, compañeru!
Hola Argonauta Mayte, en Villapalofrío tienen de todo lo malo en abundancia, así son ellos, muy grandones, casi tanto como nosotros los asturianos, que a grandones no nos gana ni dios. Cualquiera de las opciones es mala, ambas denigran a la persona y la destrozan el alma. Saludinos asturianina.
EliminarIncreíble lo bien manejado del tema. Me has dejado con el alma a cuadros y el corazón en un puño.
ResponderEliminarLo bordas.Muy bueno. Un beso.
Hola Albada, el mundo infantil duele, la crueldad con él es despreciable y creo que sin perdón. También duele bordarlo, pero para eso escribimos, para denunciar y no dejar hueco en el que descansar los canallas. Saludos.
EliminarA muchos de esos sinvergüenzas; los tenían que crucificar como a Jesucristo.
ResponderEliminarUn abrazo Nel.
Hola Rafa, no creo que haya que ser como ellos y pontificar por encima del bien y del mal. Desde luego, que sobre ellos caiga todo el peso de la ley. La iglesia que resarza a sus víctimas, que dinero tiene a raudales. Saludos.
Eliminar¡Ay! Estoy flipando. Está tremendo el relato. Toma gran crítica! Un abrazo
ResponderEliminarHola Ana, en un principio no guardaba un mensaje tan crítico pero al dejar macerar la idea se cruzó con un programa de televisión y... ¡zas!, salió el mensaje contundente. Por eso es bueno dejar crecer las ideas. Saludos.
EliminarContundente el relato. Besicos.
ResponderEliminarHola Trimbolera, es tan contundente como cruel. Es muy duro escribirlo así que me imagino leerlo. Saludos.
EliminarMadre mía... Estos de Villapalofrío cómo van, ¿eh? Un relato que ya de por sí es duro, pero que con ese final, deja un peor sabor de boca.
ResponderEliminarComo siempre, me fascina tu manera de escribir.
¡Un saludo! ^^
Hola Carmen, el final deja el corazón resquebrajado, hecho añicos. Nadie se puede arrogar la bula moral pero algunos lo intentan, aunque sea con el dolor de los ángeles. Saludos.
EliminarMe ha conmovido tu relato, muy duro, muy bien narrado, y me ha llegado profundo.
ResponderEliminarUn beso.
Hola María, la vida está llena de pecados pero aquellos que juegan con los niños son los más dolorosos. No debemos de pasar ninguno, aunque la iglesia lo intente. Saludos.
EliminarBueno Nel, dan ganas de gritar de rabia, de cometer un crimen disfrazado de vengador... El caso es que en la salvación puede estar la condena, esto se aprende pronto. Por suerte, no todos lo aprendemos tan duramente. Sobervio texto amigo!
ResponderEliminarHola Miguel Ángel, es lo más asqueroso que se puede hacer en la vida. Imponer tu sexo a otra persona que no quiere es de un salvaje incomprensible, es peor que matarla, encima si hablamos de niños... no hay palabras para describirlo. Es penoso. Saludos.
EliminarGracias por tu sensibilidad a la hora de denunciar un hecho tan vergonzoso, horrible....atroz.
ResponderEliminarHola Esther, he dedicado mi vida a la enseñanza y los niños me han hecho pasar los mejores momentos de mi existencia, normal que esté comprometido con su causa. Saludos.
EliminarVaya, Nel, me ha sorprendido el final, tanto que en un primer momento creí que el protagonista había alcanzado la salvación gracias a ese ser vengador y compasivo... pero esa última palabra que sacó de mi error tan bruscamente que me he quedado traumatizada igual que el pequeño protagonista. Un abrazo Nel y enhorabuena por lo buen narrador de historias de un pueblo como cualquier otro pueblo.
ResponderEliminarHola Mercedes, los desalmados suelen vestir piel de cordero, normalmente estos delitos contra niños lo suelen realizar personas allegadas a ellos, y por desgracia es difícil descubrirlos. En este caso, el desalmado se esconde en un aura de santidad, por eso hace más imperdonable el delito. Saludos.
EliminarMuy bueno, Nel, el final es sorprendente. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHola Alfredo, lo importante es que las letras a veces puedan combatir la injusticia. Saludos.
EliminarLa verdad es que es una pasada.
ResponderEliminarMe ha emocionado como pocos. Tratas un tema muy particular de una forma que parece que lo has vivido. Me ha recordado Las cenizas de Angela. Un horror contado por la voz de un niño que te estremece el alma.
Hola Paola, no lo he vivido en propia sangre pero he estudiado en un colegio de curas donde había niños internos. De aquella no era consciente, pero ahora me explico las caras largas de aquellos pobres, lo que no pasarían. Me ha encantado Las cenizas de Ángela, esa Irlanda católica tan tremenda. Saludos.
EliminarAntes se veían por las calles de los pueblos gamberretes como los que a ti te esperaban para quitarte el pan, eran niños bien que no tenían necesidad de pan ni de pastelillos, pero eran sus gamberradas mas “graciosas” ahora es el acoso escolar… y así hay niños que terminan dejando el colegio, y los mas traumatizados suicidándose…
ResponderEliminarMe has hecho recordar cosas de mi entonces, aunque en verdad que no fui víctima de ninguna niña “mala” pero de seguro que hubiese sufrido tanto como yo, o mejor se lo hubiera dicho alguno de mis hermanos, éramos cuatro y yo la pequeña. Muy bonita historia. Un abrazo y vuelve pronto.
Hola Lola, hoy en día nos estamos apuntando al carro yanqui y la violencia de pandillas parece ser lo que mola. La juventud piensa que es lo más moderno, desechando la realidad, eso es lo más salvaje y alejado de lo moderno, es lo más cavernícola. Nuestras sociedades europeas son más razonables y mas adecuadas, pero poco a poco se están convirtiendo en lo peor de la sociedad yanqui. Saludos.
EliminarEl hombre es tan cruel, tan cruel...
ResponderEliminarSaludo enorme, Nel.
Hola Luna, somos despiadados y nos vanagloriamos de nuestro lado salvaje. Deberíamos de reflexionar más y actuar a lo bestia menos. Saludos.
Eliminargenial gracias me a gustado mucho gracias saludos cordiales feli fin de semana
ResponderEliminarHola Isidro, me alegran tus palabras en este relato triste donde los haya. Espero que tu fin de semana también sea feliz. Saludos.
Eliminarun relato que abre imaginarios evocadores en muchos de nosotros
ResponderEliminarfelicidades
muchas gracias por tu huella
desde Chile
un saludo
Hola Elisa, a veces las palabras se llenan de tristeza, lloran, les gustaría romperlo todo, esa angustia ha sido mi sentimiento cuando escribí este microrrelato. Saludos desde Asturies.
EliminarEs un texto bien escrito y muy real. Coincide con vivencias que experimentamos mucha gente de mi generación y de épocas anteriores. Esa eterna conflictividad entre los niños de familia acomodada y los de clase trabajadora.
ResponderEliminarSaludos
Hola Dr.Krapp, se les llamaba niños pijos y vestían como peras. Ellos ocupaban una zona de la ciudad y nos dejaban el resto para nosotros. El mirarte por encima del hombro era su signo de identidad. Saludos.
EliminarTodo aquél que hace mal a uno de estos pequeños solo merece le aten una soga al cuello con una rueda de molino al extremo, y lo lancen al agua.
ResponderEliminarY lo dijo Jesucristo ni más ni menos. Pero la justicia humana se complace parece ser, en ser testigo y no juez.
Un abrazo amigo y gracias por el relato.
Un abrazo.
Hola Francisco, es típico que la iglesia desoiga a Jesucristo, al fin y al cabo hace mucho que lo traicionaron por el viejo testamento. Hasta ahí todo correcto, en nosotros está la libertad de abandonar unas creencias manipuladas. El problema viene cuando sus representantes en la tierra hacen daño a los más débiles, a los más incautos, entonces demuestran su absoluta falta de decencia. Gracias por tus palabras y saludos.
EliminarLas diferencias entre clases sociales, siempre existirán y siempre habrá abusadores y sometidos.
ResponderEliminarBueno... en cuanto al dolor del final... Piensa cuanto le dolio a Cristo, el rezar por nosotros!!!
Hola Humoreo, el que siempre existieron no es razón para que luchemos para acabar con ello. Es difícil, simplemente lograremos una reducción de las diferencias, pero hay que intentarlo.
EliminarEn cuanto a Cristo, no me preocupa lo que rezó por nosotros sino lo que lucho, para que ahora vengan sus supuestos representantes en la tierra a abusar de los más pequeños e indefensos. Es vergonzoso y debemos de castigarlos con la justicia terrena, nuestra justicia. Saludos.
¡¡VILLAPALOFRÍO!!
ResponderEliminarHola Maria Pilar, gracias por tus ánimos. Saludos.
EliminarNo estaba habituado a leer tus relatos así. Siempre optimistas, hoy me lo vi venir porque intuí (leyendo claro) que la mano venía pesada y así fue. Muy valiente de tu parte plantear o denunciar a ésta lacra de la humanidad. Abrazo enorme Nel. Bueno, para ser sincero las mejores pasturas del universo están en la pampa Argentina.
ResponderEliminarHola Eduardo, la historia es un escalafón de despropósitos que empieza por el capitalismo más cruel y el paro, sigue con los cachorros de ese capitalismo y acaba con el baluarte de ese capitalismo, la iglesia católica. A veces no queda más remedio que ponerse serios cuando se tratan ciertos tabúes que el capitalismo salvaje cuenta como intocables.
EliminarNo dudo de vuestros pastos, pero los míos son impresionantes, de pura montaña, alguna de ella alta. Saludos.
Lobos disfrazados de corderos de Dios.
ResponderEliminarComo siempre, fantástico relato. Saludos!!
Hola Elena, hay que tener mucho cuidado con esos lobos, siempre salen cuando menos los esperas. Saludos.
EliminarTan triste realidad
ResponderEliminarAbrazos
Hola Lapislázuli, la realidad, desgraciadamente, suele ser triste. Y si lleva cuello alzado... Saludos.
EliminarQue fea sensación... Mal recuerdo, pero por suerte la contaste, por estos lares, aquí y ahora, seguro que no contabas el cuento. Saludos cordiales.
ResponderEliminarHola Gustavo, aquí sale por la tele, es un tema que por desgracia está de moda y que destapa la idea que la iglesia católica no es tan santa. Saludos.
EliminarHola Nel, tanto tiempo sin leerte, como a muchos blogs de amigos., pero el trabajo y oras obligaciones nos abruman y cuesta sacar tiempo para los hobbies.
ResponderEliminarPero cada vez que vengo me encuentro con textos muy amenos, con ganas del seguir leyendo hasta el final.
En este caso un tema tan de moda, desgraciadamente, pero muy bien llevado...el miedo de los que pasan estas situaciones queda latente en tus palabras.
Felicitaciones
Rosa
Un abrazo
Hola Rosa, la vida tiene sus paradas, necesitamos hacer cosas imprescindibles y necesarias y las otras deben de esperar. Así es la vida, Rosa, todos andamos a cien y debemos de parar, no te preocupes.
EliminarEste es un texto denuncia que me ha dolido hasta escribirlo. Todas las violaciones son intolerables pero cuando hablamos de niños se les une una repugnancia añadida de difícil perdón.
Gracias por acercarte por aquí y saludos entrañables.