LUISA HURTADO GONZÁLEZ
Creo que una de las razones por
las que empecé a escribir fue por el placer de entrar en una papelería, abrir
los cuadernos, sentir el tacto del papel, elegir un bolígrafo, ver como resbala
sobre la celulosa y… volver a empezar. Sin embargo, a día de hoy y no deja de
ser una pena, sólo uso el ordenador: para recoger las frases que leo aquí y
allá que me han impactado o en las que creo que “puede haber algo”, para dejar
en algún lugar las imágenes o las palabras que en ocasiones me asaltan (un faro
en el desierto, un globo que ve cómo el niño ha dejado de sujetarlo, o “una
grulla”, escribo y a continuación, “una hormiga y un muerto”). Son algo así
como esquejes de micros, los guardo en un archivo durante un tiempo
indeterminado a la espera de que llegue el momento de buscar la historia, de
que la frase me llame o, simplemente, tenga que cortarlo, eliminarlo y
sustituirlo. En ocasiones las historias empiezan con un “¿y si… ?”, ¿y si
contase una receta de cocina como si fuese una corrida de toros, y si… ?”. Muy
pocas veces conozco el final; soy la primera en leerme, en sorprenderme y en
juzgarme.
No sé mucho más de mí y sólo hay dos reglas sagradas:
-Pelearme, dar vueltas a las frases las veces que haga falta hasta que “el ritmo, la música” parezca ser el adecuado. Hasta que suene bien dentro de mi cabeza.
-Alejarme del texto, irme a dormir, releerlo otro día; obligándome a reescribirlo o tirarlo a la basura llegado el caso.
El micro que os traigo es uno de esos que nació de un “y si…”. Un juego, un experimento, que espero que os guste.
En cualquier caso, antes de que empecéis a leerlo, sólo un momento: dejadme que le dé las gracias a Nel, por traerme a esta casa, por hacerme un hueco entre los que para mí solo pueden ser y son ilustres invitados. Un auténtico honor, gracias. Muchas gracias.
A las 11:30 del día de ayer, un hombre armado con un bolígrafo y una goma entró en la página 126 de una novela del centro. Pocos minutos más tarde, retenía a algunas frases, marcándolas en rojo, llegando incluso a empujar a veinte de ellas a un margen, donde las mantuvo sentadas en el más absoluto silencio bajo la amenaza de hacerlas desaparecer. Tiempo después, con algún criterio que no se ha llegado a establecer, liberó a algunas, obligándolas a entrar en algunos párrafos cercanos o escribiéndolas entre líneas, con aparente prisa y letra ilegible; si bien, veinticuatro horas después del asalto, sabemos que ninguna de ellas presenta faltas de ortografía y todas están afortunadamente ilesas.
A día de hoy, el secuestro continúa. Nos consta que aún hay algunos rehenes entre paréntesis; rehenes que sólo serán liberados, usando las palabras del propio secuestrador, cuando alguien le proporcione a esta maldita historia un final aceptable.
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Una microinvitada entre grandes muy grandes. Muchas gracia por el regalo, un placer.
ResponderEliminarY besos!!!!
Una grande entre microinvitados más bien.
ResponderEliminarUn lujazo leer a Luisa, y un gran placer encontrarla aquí. Me ha gustado muchísimo el micro.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Un alegría encontrar a Luisa en tu casa, Nel. Me ha gustado saber su proceso de escritura, y el microrrelato elegido es fantástico.
ResponderEliminarAbrazos.
Original, simpático y , como era de esperar, muy bien escrito. Me encantan los micros de Luisa, pero este relato periodístico me ha hecho disfrutar un montón.
ResponderEliminarUn abrazo a los dos.
Se siente a Luisa por aquí... Me gusta el micro y el blog.
ResponderEliminarSeguiré ojeando para disfrutar.
Un abrazo.
Qué bueno encontrar por aquí a Luisa.
ResponderEliminarNel te has superado.
Abrazos a ambos.
No sé qué juego o acto de magia te ha llevado a escribir este ejemplo del bien hacer, Luisa.
ResponderEliminarUna preciosura de micro!!!
Luisa, Nel, besos, un montón
Qué estilo tan personal y de gran calidad. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarToda una macroinvitada. Enhorabuena. Saludos.
Nucgas gracias, una vez más, a Nel por permitirme estar en tan excelente compañía. Gracias por las palabras y los comentarios, sois muy amables.
ResponderEliminarHacía mucho que no pasaba por aquí y me alegro de encontrar a Luisa por estos lares. Abrazos a repartir :-)
ResponderEliminarMuy imaginativo, original y con un puntito de ironía.
ResponderEliminarMuy bueno Luísa!
Un abrazo, Nel.
Imaginativo relato, me ha parecido un buen trabajo. Felicidades por estas cosas.
ResponderEliminarGracias Luisa por tu participación, ha sido magnífica. Y a todos vosotros por haber leído el microinvitada y algunos por llegar a dejar vuestros alentadores comentarios. Saludos y gracias a todos por todo.
ResponderEliminarUn placer regresar y comprobar como este sitio sigue siendo una verdadera mina de buenas letras.
ResponderEliminarSaludos, Nel.
¡GENIAL! (Disculpen el ahorro de elogios) Abrazo a la autora.
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