Regálame tu mentira
de espacios siderales,
acurrucada en certezas afligidas
y llena de dudas remotas.
Regálame tu mentira
adornada de convencimiento,
rodeada de amargura obcecada
y de miradas de fría nostalgia.
Regálame tu mentira
de amor engatillado,
con sábanas de corazón revuelto
y cigarrillos de sabor amargo.
Regálame tu mentira
de silencios surcada,
a gritos de soledades infectas
en un alma sin recuerdos apagados.
Regálame tu mentira
antes de irme a otro infierno,
con desconsoladas lágrimas seculares
y embadurnada de melancolía amante.
.
Regálame tu mentira, pero acompañada de miradas y caricias sinceras.
ResponderEliminarDulce y desgarrador.
Un fuerte abrazo, Nel.
Adivín me gusta cada día más tu poesía...Y no es una mentira, es una verdad de corazón.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Poesía desconsolada y desconsoladora pero bellísima. Dime que me quieres aunque me mientas. Un saludo.
ResponderEliminarDemasiadas veces ni siquiera sabemos que es mentira lo que decimos... hasta que ha pasado el tiempo.
ResponderEliminarUn precioso poema.
Abrazos
¿Hará esa mentira más dulce el paso de un infierno a otro?... quizás tape amargas verdades.
ResponderEliminarUn abrazo, un gusto volver de nuevo.
El caso es que me regales algo.
ResponderEliminarAunque sea eso, mentira.
Gran tema.
ResponderEliminarUn abrazo libre de ese regalo.
Octavius Bot
A veces ocurre que una mentira flagrante se convierte en dura, o tierna, realidad.
ResponderEliminarRegálame tus palabras siempre, Adivín.
Beso grandote
No me agradan las mentiras prefiero una verdad dolorosa.
ResponderEliminarUn cierre agobiante.
Saludos.
La mentira tiene las patas muy cortas... como una cucaracha que corre demasiado, por eso se descubren pronto aunque se camuflen en una realidad oscura...
ResponderEliminarRegalame tu sonrisa, la prefiero siempre, o cualquier verso de tus manos... que alegre mi existencia en esta vida de mentiras de las que estamos rodeados...
Verdad de la buena Nel, cuando escribes poemas no eres adivino, eres mago.
Besitos mediterráneos.
Y es que, como dice la canción, mientes tan bien que me sabe a verdad todo lo que me das.
ResponderEliminarBellos versos, Nel.
Se difumina la frontera de la verdad y la mentira al instante del amor pasa como neblina y como la vida misma, en un instante aparece y desaparece.
ResponderEliminarDebemos aprender a lanzar la voz sin esperar el eco.
Con sonidos de tango.
Mentiras piadosas.
ResponderEliminarEs una súplica, un llamado de atención, una urgente necesidad de cariño, aunque no sea real. Me gustan tus poemas, Nel. Un abrazo.
ResponderEliminarHola amigo, una poesía buena que consuela y desconsuela a la vez, que se apiada en la mirada de quien la recorre. Un abrazo.
ResponderEliminar¿Estás seguro de que quieres esas mentiras? Lo siento, yo no te las voy a regalar, pero a cambio te ofrezco mi hombro de amiga, mi atención y...
ResponderEliminarEste GRAN ABRAZO.
Poema maravilloso pero desgarrador. Un abrazo
ResponderEliminarCreo que alguna vez te he dicho que no soy lector de poesía, dado que las más de las veces no la entiendo o interpreto, Nel.
ResponderEliminarAhora bien, esta -cargada de desazón, de la amargura que provoca el amor no correspondido- me ha llegado hondo.
Gran trabajo, amigo mío.
Un abrazo,
Muy desgarradora y honda.
ResponderEliminarLa mentira es así, siempre regalada...
ResponderEliminarSaludos muchos, Adivín.
Impresionante el tema e impresionantes tus versos, aunque como no soy lectora de poesía, confieso que lo primero que he pensado es que la profundidad de tu enfoque da para varios relatos. Lo cual no quita lo primero, sino que invita a que nos regales más (yo por pedir...).
ResponderEliminarBesos, Adivín.
LAs mentiras es de lo que más difícil es desprenderse. Aunque se pidan con la mejor de las intenciones.
ResponderEliminarUn saludo.
Si tu mentira me redime,bendita mentira.
ResponderEliminarAbrazos Nel
Tus poemas me obligan siempre a desmenuzar cada verso, a profundizar en el sentido de cada palabra, me obligas a leer lento.
ResponderEliminarSaludos Nel, mis versos nunca se sentirán solos con comentarios como el tuyo.
Si me permites...
ResponderEliminarY te regalé una mentira como te devolví el aire que una vez me dio el aliento.
Y me regalaste un hombro como me devolviste el beso que una vez esquivó mi boca.
A veces entregar y recoger está tan enredado como verdad e ilusión.
Me ha gustado.
Un saludo.
Dicen que después de todo se aprende más de la otra persona cuando miente que cuando dice la verdad...
ResponderEliminarAbrazos
¡¡¡con lo poco que me gustan las mentiras y lo mucho que me gusta tu poesía!!!!
ResponderEliminarUn poema maravilloso. Me estás haciendo que me aficione a los versos... ¡¡¡yo que siempre he sido más de prosa!!!
Adivín eres un poeta increíble, de verdad.
Besitos de jengibre.